Cécile Bibiane Ndjebet creció en una zona remota de Camerún y era muy consciente de las penurias que padecen las mujeres rurales. Veía a su madre y a otras mujeres trabajar de sol a sol, cultivando, cuidando animales y criando niños. Muchas realizaban trabajos agotadores en tierras que, debido a las prácticas socioculturales tradicionales, nunca podrían poseer.
"Me di cuenta de que las mujeres lo pasaban muy mal", recuerda la señora Ndjebet. "Quería proteger a mi madre y defender a estas mujeres rurales, mejorar sus vidas. Estaban sufriendo demasiado".
Esas primeras experiencias marcarían la vida de la Sra. Ndjebet. Más tarde se convertiría en una de las principales defensoras de los derechos de las mujeres a la tierra en África, pasando tres décadas abogando por la igualdad de género, al tiempo que restauraba cientos de hectáreas de naturaleza dañada por el desarrollo y urbanización. Esto incluye más de 600 hectáreas de tierras degradadas y manglares que han sido restaurados bajo su administración mediante Cameroon Ecology, una organización que cofundó en 2001.
Por esta labor, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) otorgó a Cécile Bibiane Ndjebet el galardón Campeona de la Tierra en la categoría Inspiración y la Acción, uno de los máximos honores ambientales de las Naciones Unidas.
La humanidad ha alterado significativamente tres cuartas partes de las tierras secas de la Tierra, talando bosques, desecando humedales y contaminando ríos a un ritmo insostenible, según advierten los expertos.
La Sra. Ndjebet es uno de los líderes del movimiento para reparar ese daño.
Su visión ha dado lugar a un proyecto de Cameroon Ecology para formar a mujeres que recuperen más de 1.000 hectáreas de bosque de aquí a 2030.
Desde 2009, la Sra. Ndjebet también ha encabezado los esfuerzos para promover la igualdad de género en la gestión forestal en 20 países africanos como Presidenta de la Red de Mujeres Africanas para la Gestión Comunitaria de los Bosques (REFACOF), organización de la que es cofundadora. La labor de la Sra. Ndjebet, tanto en su país como en el extranjero, se ha centrado en promover una mayor representación de los intereses de la mujer en las políticas ambientales.
En 2012 fue elegida Campeona del Cambio Climático de la Comisión Centroafricana de Bosques por su papel de liderazgo en la movilización de organizaciones de la sociedad civil para gestionar los bosques de forma sostenible. La Sra. Ndjebet también es miembro del consejo asesor del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, una iniciativa mundial para recuperar los paisajes degradados.
Mantener vivo el bosque
Las mujeres constituyen casi la mitad de la mano de obra agrícola del África subsahariana y pueden desempeñar un papel clave en la lucha contra el hambre y la pobreza. Sin embargo, las mujeres, especialmente en las zonas rurales, suelen tener problemas para poseer tierras o heredarlas tras la muerte del marido.
A pesar de este prejuicio, las mujeres siguen protegiendo los ecosistemas forestales en países como Camerún, donde aproximadamente el 70% de las mujeres viven en zonas rurales y dependen de la recolección de frutos, nueces y hierbas medicinales de los bosques para obtener ingresos para la familia.
"Las mujeres son las verdaderas impulsoras de la restauración. Reforestan zonas degradadas, plantan árboles, crean viveros. Hacen agrosilvicultura. Incluso las que se dedican a la ganadería tienen árboles. Mantienen vivo el bosque", afirmó la Sra. Ndjebet.
La REFACOF ha ayudado a grupos de mujeres a reforestar tierras degradadas y manglares, establecer viveros y plantar huertos en Camerún y otros países miembros. También ha trabajado para convencer a los jefes de las aldeas de que permitan a las mujeres plantar árboles en las tierras costeras como parte de un amortiguador contra la subida del nivel del mar causada por el cambio climático.
A través de su labor de defensa, más amplia y extendida por todo el continente, la REFACOF ha propuesto políticas forestales a los gobiernos de 20 estados para garantizar los derechos de las mujeres en la silvicultura y la gestión de los recursos naturales.
Los estudios han revelado que si las mujeres de las zonas rurales tuvieran el mismo acceso a la tierra, la tecnología, los servicios financieros, la educación y los mercados que los hombres, la producción agrícola de sus explotaciones podría aumentar entre un 20% y un 30%, lo suficiente para transformar vidas.
La Sra. Ndjebet afirmó que cuando preguntó a las mujeres qué esperaban del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, mencionaron tres cosas: reconocimiento y apoyo de su papel en la restauración, acceso a la financiación e intercambio de conocimientos.
La Sra. Ndjebet afirma que ha sido guiada por una larga sucesión de mujeres, entre ellas su abuela, su madre y sus hermanas. Un encuentro con Wangari Maathai, la activista medioambiental keniana y primera mujer africana en ganar un Premio Nobel de la Paz, también dejó una impresión duradera que ha marcado su trabajo desde entonces.
"Me dijo: 'Dile a las mujeres africanas que cuiden de su entorno tal como cuidan de sus bebés. Diles que planten árboles frutales. Les darán comida, dinero y los árboles se quedarán ahí para favorecer al medio ambiente y a la humanidad'", recordó la Sra. Ndjebet.