22 Nov 2018 Comunicado de prensa Chemicals & pollution action

Conferencia del Convenio de Minamata hace frente a aumento en las emisiones de mercurio

  • La segunda reunión de la Conferencia de las Partes en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio (COP2) tiene lugar del 19 al 23 de noviembre de 2018 en Ginebra, Suiza.
  • Un nuevo informe revela un aumento en las emisiones de mercurio y ejerce presión sobre la comunidad internacional.

Ginebra, 22 de noviembre de 2018.- Representantes de casi 150 países se reunieron esta semana en la segunda Conferencia de las Partes (COP2) del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, en Ginebra para redoblar los esfuerzos contra la contaminación por mercurio y sus efectos adversos.

Las emisiones globales de este peligroso metal tóxico en la atmósfera aumentaron alrededor de 20% entre 2010 y 2015, de acuerdo con la Evaluación Mundial del Mercurio 2018 de ONU Medio Ambiente, cuyos resultados preliminares se presentaron en el marco de la reunión.

Los mayores incrementos se reportaron en las regiones del este y el sudeste de Asia, África subsahariana y América del Sur.

La COP2 del Convenio de Minamata tiene como objetivo fortalecer este tratado recientemente establecido, a medida que los países actualizan sus diversas estrategias para abordar el ciclo de vida de este metal pesado​.

“De la Evaluación Mundial del Mercurio 2018 se desprende que la comunidad internacional, ahora más que nunca, necesita fortalecer su determinación para reducir las emisiones de mercurio", dijo Joyce Msuya, directora ejecutiva interina de ONU Medio Ambiente. “El Convenio de Minamata, que es el acuerdo ambiental multilateral más joven del mundo, tendrá un impacto real en la salud humana y el medio ambiente porque aborda uno de los contaminantes más peligrosos del mundo. Es alentador que un número creciente de países esté respondiendo de manera proactiva al aumento preocupante de las emisiones de mercurio", agregó.

Las partes en el Convenio de Minamata sobre el Mercurio han pasado un año implementando el nuevo tratado global, que incluye la prohibición de nuevas minas de mercurio y la eliminación de las existentes; medidas para reducir el uso de mercurio en la extracción de oro artesanal y en pequeña escala; la eliminación del uso de mercurio en ciertos procesos industriales, así como en la producción de artículos de uso diario, como ciertas lámparas fluorescentes compactas y baterías; y el control de las emisiones de mercurio como un subproducto de una gama de sectores industriales, incluida la quema de carbón.

Los datos preliminares de la evaluación demuestran que la acción continua para reducir las emisiones ha dado lugar a disminuciones modestas en algunos sectores y zonas, pero que el aumento de las emisiones está presente en la mayoría de las demás regiones, impulsado en gran medida por el crecimiento de la actividad económica de ciertas industrias.

Miles de toneladas de mercurio se liberan en el aire, la tierra y el agua a causa de las actividades humanas, incluida la quema de carbón y la extracción de oro artesanal y en pequeña escala.

Una vez en el medio ambiente, el mercurio entra en la cadena alimentaria, se acumula en el cuerpo y puede dañar el cerebro, el corazón, los riñones, los pulmones y el sistema inmunológico de personas de todas las edades. El metal es particularmente dañino para los fetos y los bebés cuyos sistemas nerviosos están en desarrollo. El daño que causa en el cerebro no se puede revertir.

La exposición al mercurio ocurre principalmente a través de la ingestión de peces y otras especies marinas contaminadas con metilmercurio, su forma más tóxica y bioacumulativa. Las personas también están expuestas al mercurio elemental o inorgánico a través de la inhalación de vapor de mercurio durante actividades ocupacionales o derrames, o por contacto directo del uso de mercurio. Como el mercurio es un elemento, es indestructible y, por lo tanto, el Convenio también estipula las condiciones para su almacenamiento provisional y su correcta eliminación una vez que se convierte en residuo.

Durante décadas, el mercurio se ha utilizado en dispositivos de medición como termómetros y monitores de presión arterial. El Convenio de Minamata estipula la eliminación de la manufactura, así como la importación y exportación de estos y otros productos con mercurio agregado para 2020. Varios establecimientos de atención médica en países como Brasil, Filipinas y Sudáfrica han demostrado que es factible eliminar el mercurio gradualmente. Estos países han estado promoviendo el uso de dispositivos médicos alternativos y han disminuido la exposición al mercurio de los profesionales de la salud y el público en general.

El mercurio también se usa en la industria química, por ejemplo, en la producción de cloro y soda cáustica. Este sector está invirtiendo fuertemente para cambiar a tecnologías limpias, pero todavía hay docenas de plantas que utilizan toneladas del metal tóxico. Las disposiciones del Convenio de Minamata requieren la eliminación gradual del uso de mercurio en el cloro-álcali, así como algunos otros procesos industriales.

Mecanismo financiero

El Convenio de Minamata sobre el Mercurio está equipado con un mecanismo financiero con dos componentes. El Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) ha apoyado a 110 países para desarrollar evaluaciones iniciales y a 32 países para diseñar sus Planes de Acción Nacionales para la Minería de Oro Artesanal y en Pequeña Escala. El segundo componente, el Programa Internacional Específico, aprobó cinco proyectos en la primera ronda del programa que ascienden a un millón de dólares estadounidenses. En la COP2, Noruega y Suiza comprometieron aproximadamente un millón de dólares estadounidenses para la segunda ronda.

NOTAS PARA LOS EDITORES

Sobre el Convenio de Minamata

El Convenio de Minamata toma su nombre del desastre de intoxicación por mercurio más grave de la historia, que salió a la luz en Minamata, Japón, en mayo de 1956, después de un vertido sostenido de aguas residuales industriales en la bahía de Minamata. El instrumento, firmado por 128 países y ratificado por 101 Estados y la Unión Europea, contiene disposiciones que se relacionan con todo el ciclo de vida del mercurio, incluidos los controles y las reducciones en una gama de productos, procesos e industrias donde se utiliza, libera o emite este metal. También se ocupa de la extracción primaria de mercurio, su exportación e importación, su almacenamiento seguro y su eliminación una vez que se trata de desechos. Para obtener más información, visite: http://www.mercuryconvention.org/

Sobre ONU Medio Ambiente

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Alejandro Laguna, Oficial Regional de Información en Europa: alejandro.laguna[at]un.org