Durante su infancia en Costa de Marfil, en la década de 1980, Ossey Bernard Yapo recogía el pan de la panadería del barrio con una larga bolsa de tela. Y durante las celebraciones familiares, corría a la tienda de comestibles para rellenar botellas de vidrio con refresco.
Desde entonces, la vida en Côte d'Ivoire ha cambiado radicalmente. Los envases reutilizables de décadas pasadas han sido sustituidos por bolsas y botellas de plástico de un solo uso. Aunque son baratas, a menudo acaban ensuciando todo tipo de lugares en este país de África Occidental de 26 millones de habitantes.
"Los campus universitarios, los estadios deportivos y las calles de las ciudades pueden verse a veces cubiertos de blanco, con capas y capas de bolsas de agua", explica Yapo, profesor de Ciencias Ambientales que lleva veinte años investigando los efectos de la contaminación.
Yapo es uno de los cada vez más numerosos académicos, empresarios y funcionarios que trabajan para que Côte d'Ivoire deje de usar plásticos de un solo uso, que el Gobierno ha calificado de "catástrofe silenciosa". La capital comercial del país, Abiyán, produce por sí sola más de 280 toneladas de residuos plásticos al día, un volumen que pesa tanto como tres aviones de pasajeros cargados al máximo. Aunque barato, este plástico de un solo uso está pasando una elevada factura al medio ambiente. El profesor Yapo afirma que menos del 10% de los residuos plásticos -unas 20.000 toneladas- se recogen para reciclar. El 90% restante se entierra en vertederos locales o se arroja a la naturaleza.
"La población y el gobierno no pueden seguir ignorándolo", afirma el profesor Yapo.
Côte d'Ivoire tiene una de las economías de más rápido crecimiento de África. La industria del plástico emplea a unas 10.000 personas en más de 40 empresas y mantiene hasta 20.000 empleos informales, según un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Según el profesor Yapo, Côte d'Ivoire importa anualmente unas 300.000 toneladas de plástico, en gran parte productos de un solo uso, mientras que otros plásticos se producen en el país.
Una amenaza creciente
Los desechos plásticos no solo son un grano de acné en la hermosura natural de este país boscoso y costero. Para los habitantes de los 566 km de zona costera de Côte d'Ivoire y sus 300 km de lagunas bordeadas de árboles, la contaminación por plásticos amenaza tanto a la pesca como al turismo, perjudica a la imprescindible vida marina y resta atractivo a las playas a ojos de los viajeros.
Asimismo, es un peligro para la salud pública. Al obstruir los sistemas de drenaje, el plástico empeora las inundaciones, una amenaza creciente que afecta a decenas de miles de personas. Los consumidores de attiéké -un plato básico de cuscús de mandioca fermentada que se vende en los mercados de Côte d'Ivoire- corren el riesgo de exponerse a los contaminantes que migran de las bolsas de plástico de polietileno en las que se venden al público, según muestra un estudio del profesor Yapo y colaboradores.
La absorción de microplásticos -partículas de plástico de menos de 5 mm de longitud- ocurre de forma similar con las bebidas en finas bolsitas expuestas al sol. Según el PNUMA, estas partículas pueden provocar cambios en la genética humana, el desarrollo cerebral, problemas respiratorios y problemas de fertilidad, especialmente entre las mujeres.
Hace poco más de una década, el Gobierno decidió actuar. En 2013 prohibió la importación, producción, uso y venta de bolsas de plástico no biodegradables. Los contaminadores pueden enfrentarse a penas de hasta seis meses de prisión y multas de hasta un millón de francos CFA (1.670 dólares). A pesar de las presiones de inversores y comerciantes, se han hecho pocas excepciones.
Una visita hoy a Abiyán revela progresos: donde antes se ofrecían bolsas de plástico de un solo uso en farmacias, panaderías, gasolineras y grandes supermercados, ahora se encuentran bolsas de papel y bolsas reutilizables, señala el Gobierno de Côte d'Ivoire.
Sin embargo, la prohibición ha tenido resultados limitados en el extenso sector informal; los vendedores ambulantes y los vendedores de los mercados siguen operando como antes.
Los problemas son similares en los demás países africanos. En virtud de la Convención de Bamako, los Estados africanos han acordado reforzar la gestión de los residuos peligrosos, entre ellos los plásticos.
Sin embargo, los índices de contaminación siguen disparándose, un problema al que se enfrenta gran parte del mundo. La humanidad produce 430 millones de toneladas de plásticos al año, dos tercios de los cuales en productos que pronto se convierten en residuos, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico.
Opciones más allá de la prohibición
Para atajar la crisis de la contaminación por plásticos, los expertos afirman que el mundo necesita revisar el modelo económico lineal que rige los plásticos y que perpetúa una cultura de usar y tirar.
Es necesario un cambio hacia una economía circular, que elimine la producción y el consumo innecesarios, evite los impactos negativos sobre los ecosistemas y la salud humana, mantenga los productos y materiales en la economía y recoja y elimine de forma segura los desechos que no pueden procesarse económicamente.
"No existe una única solución a la crisis de la contaminación por plásticos", afirmó Rose Mwebaza, Directora de la Oficina del PNUMA para África. "La buena noticia es que ya se han inventado todas las soluciones tecnológicas necesarias, con una oleada de empresas innovadoras y gobiernos con visión de futuro que han unido sus fuerzas para que la contaminación por plásticos pase a la historia."
Ese proceso se está desarrollando en Côte d'Ivoire. El Centro Marfileño de Lucha contra la Contaminación vigila los focos de contaminación. CIAPOL también se encarga de la aplicación de medidas medioambientales.
Asimismo, UNICEF y sus aliados están construyendo una fábrica única para convertir los residuos en ladrillos de plástico duraderos. Cada año, la fábrica procesará 9.600 toneladas de desechos plásticos. "Es un verdadero placer trabajar en este proyecto, de la mano de jóvenes entusiastas. Estamos transformando las escuelas en escuelas verdes, mediante la instalación de paneles solares, lavamanos y retretes para un medio ambiente sano", declaró el activista marfileño Andy Costa.
El Assaad Abdul Rahmane es el fundador de Recyclage.CI, una empresa de reciclaje de Abiyán. Afirma que la preocupación por la contaminación plástica suele quedar relegada a un segundo plano en comunidades que afrontan problemas más inmediatos, como el hambre y el desempleo.
"Es importante que el gobierno apoye a las empresas que se dedican a la economía circular y el reciclaje, ya que esto puede generar puestos de trabajo e ingresos para las poblaciones", dice Rahmane, que ha desarrollado una máquina para transformar los residuos plásticos en aceite pirolítico, que se puede utilizar para alimentar generadores.
Las investigaciones demuestran que el paso a una economía circular de aquí a 2040 podría crear 700.000 puestos de trabajo adicionales en todo el mundo y mejorar los medios de subsistencia de millones de trabajadores del sector informal, en gran medida en los países en desarrollo.
El camino a seguir
La colaboración con las empresas para promover tanto el crecimiento como la circularidad es parte fundamental de los actos del Día Mundial del Medio Ambiente 2023, organizado por Côte d'Ivoire. Una caravana de sensibilización recorrerá Abiyán, mientras que las soluciones empresariales a la contaminación por plásticos se expondrán durante el Africa CEO Forum, un encuentro de líderes empresariales.
A escala regional, Côte d'Ivoire es uno de los 15 países de la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental que en 2020 acordaron prohibir los envases de plástico para 2025. Las exportaciones de plástico de Côte d'Ivoire ya están disminuyendo; en 2017, el país envió 128.000 toneladas de este material, una cifra que se redujo en más de un 30% en 2018. El profesor Yapo vincula este cambio a las prohibiciones de plástico en países exportadores clave, como Mali y Burkina Faso.
A nivel mundial, el país ha acogido con satisfacción la decisión histórica de poner fin a la contaminación por plástico, adoptada durante la 5ª Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en 2022 (UNEA-5). Desde entonces, el gobierno marfileño ha participado en conversaciones en Senegal y Uruguay destinadas a forjar un acuerdo internacional para limitar los residuos plásticos.
Sarr Papa About Ba es un ingeniero cuya start-up, SN Kanian Technologies, se especializa en el reciclaje de residuos plásticos para convertirlos en mesas, bancos, bolardos y mucho más. Espera que el acuerdo mundial sobre los plásticos dé lugar a un intercambio transfronterizo de tecnologías y a la financiación de proyectos de gestión de residuos, lo que considera clave para crear una economía circular de los plásticos.
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Acerca del Día Mundial del Medio Ambiente 2023
El Día Mundial del Medio Ambiente es el mayor día internacional para el medio ambiente. Dirigido por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y celebrado anualmente desde 1973, se ha convertido en la mayor plataforma mundial de divulgación ambiental. Millones de personas de todo el mundo participan en su celebración.