El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzó una revisión de diez años de su Informe sobre la Brecha de Emisiones, una publicación emblemática que contrasta la trayectoria de emisiones prometida por los países con los niveles necesarios para cumplir el Acuerdo de París y evitar los peores efectos del cambio climático.
A primera vista, el panorama luce sombrío. El mundo parece haber pasado la última década haciendo exactamente lo contrario de lo que debería. A pesar de las advertencias anuales hechas en el informe, las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron un promedio de 1,6% cada año entre 2008 y 2017. De hecho, estas emisiones ahora son casi exactamente lo que las primeras ediciones del informe proyectaron para 2020 si el mundo mantenía su modelo de crecimiento insostenible.
Con las políticas actualmente vigentes, el aumento de la temperatura media global a fines de este siglo será de entre 2,9 °C y 3,4 °C en comparación con los niveles preindustriales. Esto es mucho más allá de lo contemplado en los objetivos del Acuerdo de París, el cual busca limitar el aumento de la temperatura a 1,5 ° C o al menos muy por debajo de 2°C.
Si no aumenta el nivel actual de ambición, todas las predicciones de impactos climáticos catastróficos se harán realidad: un aumento considerable del nivel del mar, los fenómenos meteorológicos extremos y el daño incalculable a las personas, la prosperidad y la naturaleza.
Pero detrás de estas sombrías predicciones, el resumen de diez años aporta un mensaje positivo.
"Es cierto que en la última década no se logró la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero que necesitábamos. Pero estamos, en muchos sentidos, en un lugar mejor que hace diez años”, dijo la directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen.
"Con grandes avances en el campo de la conciencia, la tecnología y la voluntad de actuar, ahora estamos listos para reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero", agregó.
Una plataforma para la acción
El resumen presenta una serie de acontecimientos alentadores que han tenido lugar: el enfoque político en la crisis climática está en su punto más alto, considerando los avances en el marco del Acuerdo de París, y los votantes y manifestantes, especialmente los jóvenes, están dejando en claro que la crisis climática es su principal preocupación.
Las ciudades, las regiones y los negocios no están esperando que los gobiernos centrales los obliguen a actuar. Alrededor de 7.000 ciudades de 133 países, 245 regiones de 42 países y 6.000 compañías con al menos US$ 36 billones en ingresos, se han comprometido a reducir las emisiones.
Además, la tecnología para una reducción de emisiones rápida y rentable ha mejorado significativamente. La energía renovable es un ejemplo de esto. El crecimiento del sector de la energía limpia evitó un estimado de 2.000 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono solo en 2017, cuando proporcionó alrededor de 12% de los suministros mundiales de electricidad. La instalación de estas tecnologías es ahora es más barata que nunca.
Todo esto es un progreso fantástico, pero aún no es suficiente. Según el resumen de diez años, las naciones deben al menos triplicar el nivel de ambición reflejado en sus compromisos climáticos en virtud del Acuerdo de París, conocidas como contribuciones determinadas a nivel nacional, para encaminarse hacia un mundo por debajo de los 2 °C. Y deberán aumentar la ambición al menos cinco veces para lograr el objetivo de 1,5°C.
Será decisiva una acción enérgica por parte de los miembros del G20, que en conjunto son responsables de 80% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero. Esta acción está aún por verse, según un capítulo del Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 publicado de forma anticipada.
Abundan las opciones para recortar rápidamente las emisiones
Pero, como lo muestra el resumen, el G20 y otras naciones tienen múltiples opciones para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Solo con las tecnologías que ya han están comprobadas, para 2030 el mundo podría reducir 33 gigatoneladas de dióxido de carbono equivalente por año. Esto es más de la mitad de las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de la actualidad y más que suficiente mantenernos en el camino del objetivo de 1,5°C.
Alrededor de dos tercios de este potencial está disponible en áreas donde es posible un progreso rápido: energía solar y eólica, electrodomésticos eficientes, automóviles eficientes, forestación y detener la deforestación. Solo una fracción de este potencial está reflejado hasta ahora en los compromisos nacionales registrados bajo del Acuerdo de París.
Y hay muchas más oportunidades.
Poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles se traduciría en una reducción de las emisiones globales de dióxido de carbono de hasta 10% para 2030. Frenar los contaminantes climáticos de vida corta, como el hollín y el metano, también puede ayudar a disminuir las temperaturas, ya que este tipo de gases y partículas no permanece en la atmósfera tanto tiempo como el dióxido de carbono.
Por su parte, la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal es un compromiso internacional para reducir el uso de los potentes gases hidrofluorocarbonos (HFC) en la industria de la refrigeración. La aplicación de la enmienda puede evitar hasta 0,4 °C de calentamiento. Si al mismo tiempo la industria mejora la eficiencia energética, podría duplicar sus beneficios climáticos.
Otra década sin disminuciones sería la antesala de un desastre
En noviembre, ONU Medio Ambiente publicará la décima edición del Informe sobre la Brecha de Emisiones, en la cual detallará los recortes anuales de emisiones necesarios para mantenernos en el camino hacia los objetivos del Acuerdo de París. Estos hallazgos informarán a los negociadores de los países que se reunirán en la próxima ronda de conversaciones sobre el clima en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Ya sabemos que estos recortes tendrán que ser significativos. Con cada año de acción postergada, los recortes necesarios se harán más grandes, más caros y poco prácticos. Si en diez años las emisiones aún no han disminuido, el mundo enfrentará un desastre. Simplemente no podemos permitirnos otra década perdida.
En la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de Santiago de Chile (COP25), en todas las oficinas gubernamentales, salas de juntas, empresas y hogares, debemos hacer mucho más, en favor de las futuras generaciones.
ONU Medio Ambiente publicó el resumen de diez años del Informe sobre la Brecha de Emisiones en el marco de la Cumbre sobre la Acción Climática de la ONU, en septiembre de 2019, como parte del informe Unidos en la Ciencia, que analiza los más recientes hallazgos de los principales organismos climáticos y ambientales a nivel global.
El capítulo anticipado del G20 se lanzó de forma independiente como un aporte adicional a la Cumbre.