El mercurio, un metal pesado que puede causar problemas de salud graves y duraderos, se encuentra en muchos artefactos de uso cotidiano.
Han pasado más de dos años desde la entrada en vigor del tratado global para prevenir los efectos adversos del mercurio -el Convenio de Minamata-, pero muchos artefactos que contienen este metal tóxico continúan produciéndose en todo el mundo.
"El mercurio debe ser gestionado con un enfoque circular que tiene como objetivo proteger la salud de las personas y el medio ambiente de los efectos del mercurio y sus compuestos", dice Rossana Silva Repetto, secretaria ejecutiva del Convenio de Minamata.
La buena noticia es que se ha desarrollado una amplia gama de alternativas seguras y eficientes para reemplazar los productos que contienen mercurio. Y gracias al Convenio de Minamata, que exige a los países tomar medidas para eliminar la producción y el comercio de estos productos en unos plazos estipulados, la transformación es solo cuestión de tiempo.
En vísperas de la tercera Conferencia de las Partes del Convenio, que tendrá lugar en Ginebra del 25 al 29 de noviembre, conoce algunos artefactos y servicios cotidianos que contribuyen a la contaminación por mercurio y lo que puedes hacer para reemplazarlos.
Amalgamas dentales
Es posible que cualquier persona que haya tenido caries hace algunos años tenga una pequeña cantidad de mercurio en su boca.
La amalgama dental, que se usa para llenar las cavidades de los dientes, está tradicionalmente compuesta de una mezcla de mercurio y una aleación de metal que contiene plata, estaño y cobre. Los científicos han desarrollado una serie de alternativas libres de mercurio para los empastes, pero estas tienden a ser más caras que las amalgamas tradicionales y no son tan utilizadas.
Las opciones libres de mercurio incluyen rellenos compuestos que pueden estar hechos de cuarzo de vidrio en polvo, sílice u otras partículas cerámicas agregadas a una base de resina; empastes de ionómero de vidrio, que forman un enlace químico con el diente; e incrustaciones de porcelana u oro, que son muy duraderas pero relativamente caras. También se están desarrollando otros enfoques que incluyen tratamientos con láser, ultrasonido y medicamentos para estimular la regeneración de la dentina.
Baterías
Básculas de cocina. Relojes. Punteros láser. Calculadoras de bolsillo. Zapatos para niños que se iluminan cuando caminan. ¿Qué tienen en común estos productos? Todos pueden requerir baterías de botón, que generalmente contienen cantidades muy pequeñas de mercurio. Ese mercurio no representa una amenaza para el medio ambiente o la salud humana si las baterías se usan y reciclan de manera adecuada, pero si estas terminan en un incinerador o en un vertedero inapropiado, entonces el mercurio en su interior puede filtrarse y contaminar el aire o el agua subterránea.
Las baterías de óxido de mercurio, que pueden proporcionar una corriente estable y una larga vida útil, todavía se usan en hospitales y en algunas aplicaciones militares y comerciales en todo el mundo.
Los científicos han desarrollado una gama de alternativas libres de mercurio que incluyen las baterías de litio, plata y alcalinas, y que pueden funcionar tan bien como sus equivalentes con mercurio, aunque implican otros desafíos ambientales. Estos productos suelen ser más caros que los tradicionales, pero sus precios están cayendo a medida que evoluciona la tecnología.
Joyas
¿Usas joyas de oro? Si es así, es posible que haya extraído el metal de tu anillo, aretes o collar haya usado mercurio para separar el oro del material circundante. De hecho, la extracción de oro artesanal y en pequeña escala es el sector con la mayor demanda de mercurio en todo el mundo. También es el responsable de la mayor cantidad de emisiones combinadas de mercurio en el aire y el agua. Por lo tanto, siempre que compres joyas, asegúrate de pedir productos hechos de oro certificado.
Quema de carbón
La quema de carbón es la mayor fuente de emisiones de mercurio a la atmósfera causadas por el hombre.
Históricamente, la generación de energía a través de la combustión del carbón aumentó a la par del crecimiento económico, así como lo han hecho las emisiones de mercurio relacionadas, las cuales se han más que triplicado desde 1970.
La transición hacia fuentes de energía limpia es la principal solución para este problema. Pero mientras el mundo emprende esta transformación, las centrales eléctricas pueden reducir hasta 95% sus emisiones de mercurio al mejorar el rendimiento del carbón y de la planta, y optimizar los sistemas de control de otros contaminantes.
Si bien muchas personas pueden no tener un control directo sobre el origen de su electricidad, sí tienen el poder de elegir lo que usan para cocinar y calentar sus hogares. La quema doméstica de también es una fuente importante de emisiones de mercurio y un peligro para la salud humana. En casa, puedes elegir quemar madera en lugar de carbón.
Lámparas fluorescentes
Las lámparas fluorescentes producen luz de forma mucho más eficiente que las bombillas incandescentes y, por lo tanto, pueden ser muy útiles para reducir el consumo general de energía de un hogar o negocio. Las lámparas fluorescentes compactas están creciendo en popularidad, en gran medida por este motivo. Sin embargo, todas contienen mercurio y por tanto deben manipularse y reciclarse con cuidado.
Las bombillas de diodos emisores de luz (LED), que también son energéticamente eficientes, son una alternativa popular y es libre de mercurio. Otra opción eficiente es la bombilla de luminiscencia estimulada por electrones, que utiliza electrones acelerados para estimular el fósforo y crear luz.
Pintura
El mercurio fue durante mucho tiempo un ingrediente clave en las pinturas de látex y otros tipos de pintura, con impactos negativos en la salud humana. En 1989, un niño de cuatro años en Michigan, Estados Unidos, fue hospitalizado durante varios meses con envenenamiento por mercurio después de respirar vapores de pintura en su casa recién pintada. Al año siguiente, Estados Unidos prohibió el uso de mercurio en la pintura de látex para interiores.
Una revisión publicada por la Unión Europea en 2008 encontró que todavía se podía detectar mercurio en las pinturas que se producen en Europa. Sin embargo, existen muchas alternativas asequibles y efectivas que ahora están ampliamente disponibles en todo el mundo. Asegúrese de revisar la etiqueta de su pintura y siempre elija un proveedor confiable.
Termómetros
Los termómetros de mercurio tradicionales fueron inventados en el siglo XVIII por el físico holandés Daniel Gabriel Fahrenheit. Su invento se usó casi en su forma original durante más de 200 años, pero después de la Segunda Guerra Mundial los científicos desarrollaron alternativas sin mercurio.
Hoy en día, los termómetros digitales están ampliamente disponibles, aunque sus baterías de botón pueden contener pequeñas cantidades de mercurio, por lo que es importante reciclarlas adecuadamente. También es posible encontrar termómetros tradicionales de vidrio que contienen una sustancia sin mercurio que no es tóxica cuando se ingiere o inhala; estos termómetros deben estar etiquetados como "sin mercurio".
Medidores de presión arterial
Es increíblemente importante que los profesionales médicos puedan obtener una lectura precisa de la presión arterial. Tradicionalmente la mejor manera de hacerlo era usar un dispositivo que contiene mercurio: el tensiómetro o esfigmomanómetro. Y aunque estos dispositivos siguen siendo muy comunes en hospitales y consultorios médicos de todo el mundo, se han desarrollado alternativas sin mercurio que han demostrado ser tan precisas y efectivas como los tensiómetros antiguos.
En los Estados Unidos, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades ha recomendado que los esfigmomanómetros de mercurio sean reemplazados por dispositivos digitales u otras alternativas sin mercurio. La Unión Europea ha observado que, si bien los dispositivos tradicionales están desapareciendo gradualmente, algunos deben mantenerse como estándar de referencia para validar nuevos métodos de medición.
Al optar por alternativas libres de mercurio, todos podemos ayudar a proteger a las personas y el planeta de los efectos tóxicos de este metal pesado. Nuestras acciones individuales pueden tener un impacto global crucial.
¿Quieres aprender más? Visita el sitio web del Convenio de Minamata, revisa la Evaluación Mundial sobre el Mercurio 2018 y encuentra todos los detalles sobre la próxima Conferencia de las Partes.