En una Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) que tuvo debates un tanto acalorados en materia de financiamiento, el acuerdo final en Bakú (Azerbaiyán) da constancia de que los países desarrollados se comprometen a “tomar la iniciativa” en la recaudación de 300.000 millones de dólares anuales en favor de los países en desarrollo de aquí a 2035.
Esta cifra representa un aumento con respecto a los 100.000 millones de dólares anuales prometidos en 2009. También se acordó que los países desarrollados “realizarían esfuerzos” para aumentar la financiación a los países en desarrollo proveniente de fuentes públicas y privadas a 1,3 billones de dólares anuales para 2035.
“La COP29 ha sentado las bases sobre las que debemos construir rápidamente. Sin embargo, debemos ser claros: la ambición y las promesas solo son buenas en la medida en que se cumplan las acciones y los resultados que las respaldan”, afirmó Inger Andersen, Directora Ejecutiva, Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) . “Por lo tanto, necesitamos ver un progreso más transparente e inclusivo en materia de financiación, mitigación y adaptación”.
Según la edición 2024 del Informe sobre la Brecha de Emisiones, publicado en vísperas de la COP29, los países deben reducir las emisiones en un 42% para 2030 a fin de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Sin embargo, se ha calculado que los planes climáticos actuales nos están conduciendo hacia un aumento de entre 2,6 °C y 3,1 °C durante este siglo, una cifra que sería devastadora para el planeta.
No obstante, los países no pudieron ponerse de acuerdo sobre cómo avanzar con los resultados del informe del balance mundial del año pasado , incluido el compromiso de abandonar los combustibles fósiles, y en su lugar pospusieron la decisión hasta la COP30 del año próximo en Brasil.
Varios países presentaron sus Contribuciones Determinadas a nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) antes de la fecha límite del año próximo. Estas NDC constituyen sus planes de acción climática de aquí a 2035.
Hubo avances en otras áreas, incluido el Artículo 6 , donde los países aprobaron reglas que crearán un sistema internacional de comercio de carbono, que según los expertos puede ayudar a los países a cumplir sus objetivos sobre mitigación de emisiones si las reglas se aplican estrictamente.
Más allá de las negociaciones principales, se avanzó en otros temas. Se ha puesto en marcha el Diálogo de Bakú sobre el Agua para la Acción Climática, una iniciativa auspiciada por el PNUMA que tiene como objetivo fortalecer la dimensión del agua en la agenda climática global durante los próximos años.
Asimismo, los ministerios y las delegaciones de más de 30 países reafirmaron su participación en el Compromiso Mundial sobre el Acceso a la Refrigeración que se lanzó en la COP28 de 2023 y que tiene por objetivo reducir las emisiones derivadas de la refrigeración en un 68% de aquí a 2050.
Se lograron algunos avances en materia de emisiones de metano: los países que representan casi el 50% de las emisiones mundiales de metano provenientes de desechos orgánicos se comprometieron a reducir las emisiones del sector .
A pesar de los compromisos asumidos en el marco del Compromiso Mundial sobre el Metano de reducir las emisiones en un 30% para 2030, el informe An Eye on Methane (un ojo en el metano: invisibles pero no desapercibidas), publicado en Bakú, reveló que las acciones no han seguido el ritmo de los compromisos, aun cuando los datos son más accesibles que nunca.
En la COP29 también se lanzó la plataforma de datos Eye on Methane , con el objetivo de proporcionar datos transparentes y procesables sobre emisiones a las empresas de combustibles fósiles y a los gobiernos.
El lanzamiento del Atlas mundial de puntos críticos de turberas: el estado de las turberas del mundo en mapas destacó la importancia de proteger estos ecosistemas vitales, ya que reveló que las turberas degradadas emiten el 4% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero originadas en actividades humanas.
La COP29 reunió a casi 70.000 líderes mundiales, negociadores, observadores y activistas en Bakú, lo que la convirtió en la segunda COP más grande de la historia después de la COP28 en Dubai de 2023. También se celebraron cientos de eventos paralelos a las negociaciones principales.
Se prevé que 2024 sea el año más caluroso en 125.000 años, por lo que es fundamental que las promesas adquiridas en la COP29 se conviertan en acciones concretas.
"Ahora, todas las miradas se centrarán en la fecha límite de febrero para las NDC 3.0. Todos los Estados miembros deben ahora aumentar su ambición para garantizar que podamos cumplir la promesa de 1,5 °C", afirmó Inger Andersen. "Los planes de las NDC pueden desencadenar una ola de crecimiento económico resiliente y nuevos empleos, al tiempo que hacen frente a los desafíos del costo de vida", agregó.
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático
Del 11 al 22 de noviembre se celebró en Bakú (Azerbaiyán) el 29 período de sesiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29). Su objetivo es impulsar la acción frente al cambio climático reduciendo las emisiones y deteniendo el calentamiento global.
La solución intersectorial a la crisis climática
El PNUMA lidera el apoyo al objetivo del Acuerdo de París de mantener el aumento de la temperatura global muy por debajo de los 2 °C y aspirar a que no aumente más de 1,5 °C en comparación con los niveles preindustriales. Para ello, el PNUMA ha desarrollado la Solución Intersectorial, una hoja de ruta para reducir las emisiones en todos los sectores en consonancia con los compromisos del Acuerdo de París y en pos de la estabilidad climática. Los seis sectores identificados son: energía; industria; agricultura y alimentación; bosques y uso de las tierras; transporte; y construcción y ciudades.