Estamos a punto de perder la oportunidad de limitar el calentamiento global a 1,5°C.
Si solo confiamos en los compromisos climáticos actuales del Acuerdo de París, es posible que las temperaturas aumenten 3,2 °C este siglo. El planeta ya vive un calentamiento de 1,1 °C, un fenómeno que ha devastado familias, hogares y comunidades.
Necesitamos cerrar la brecha entre lo que estamos haciendo y lo que debemos hacer para prevenir los efectos más graves del cambio climático. Los gobiernos no pueden darse el lujo de esperar. Las personas y las familias no pueden darse el lujo de esperar. Las economías deben tomar el camino de la descarbonización ahora.
Todavía tenemos la oportunidad de frenar el calentamiento global en 1,5 °C. De acuerdo con los científicos, este nivel de calentamiento es el que está asociado a los efectos menos devastadores. Cada fracción de calentamiento adicional a 1,5 °C resultará en impactos cada vez más severos y costosos.
Los científicos están de acuerdo en que, para encaminarnos a limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C, las emisiones deben caer rápidamente a 25 gigatoneladas para 2030.
¿Cuál es el desafío? Con base en los compromisos actuales, las emisiones están en camino a alcanzar 56 Gt CO2e para 2030: más del doble de lo que deberían ser.
Esta cifra es la solución. Necesitamos compromisos, políticas y acciones que reduzcan las emisiones 7,6% cada año entre 2020 y 2030. Sólo así PODEMOS limitar el calentamiento global a 1,5 °C.
Necesitamos reducciones de emisiones tan drásticas, que, si seguimos postergando la acción, pronto será imposible alcanzar la meta de 1,5 °C.
Hace 10 años, si los países hubiesen actuado con base en las advertencias científicas, los gobiernos habrían tenido reducir las emisiones 3,3% cada año.
Hoy, necesitamos reducir las emisiones 7,6% cada año.
Los planes nacionales de acción climática más ambiciosos están lejos de una reducción de 7,6%.
Ahora, el mundo necesita quintuplicar la ambición de los compromisos. Los recortes requeridos son drásticos, pero aún posibles.
Cada día que nos demoremos, los recortes se volverán más pronunciados y difíciles. Si la reducción de emisiones comienza en 2025, la disminución necesaria será de 15,5% cada año, lo que hace que el objetivo de 1,5 °C sea casi imposible.
Retrasar la acción sólo retrasa lo inevitable. Postergar las medidas necesarias aumentará el costo de construir defensas costeras, proteger la seguridad alimentaria y adaptar la infraestructura. Mientras esperamos, las emisiones continúan siendo liberadas a la atmósfera, y el costo y la dificultad para reducirlas se volverán más desafiantes.
Cada año, el informe analiza el tamaño estimado de la brecha en 2030 y el progreso de los países para cerrarla.
El reporte analiza diferentes escenarios basados en los compromisos que los países han hecho para reducir o minimizar sus emisiones en virtud del Acuerdo de París sobre cambio climático.
Estos compromisos se conocen como contribuciones determinadas a nivel nacional, o NDC, por sus siglas en inglés.
Los escenarios considerados en el informe son:
El escenario de referencia es lo que sucedería con las emisiones globales de gases de efecto invernadero si desde 2005 no se hubiesen emitido políticas climáticas.
El escenario de las políticas actuales tiene en cuenta todas las políticas vigentes, pero supone que no se tomarán medidas adicionales.
El escenario de las NDC no condicionadas supone que los países cumplirán con todos los compromisos climáticos que no tienen condiciones vinculadas.
Bajo el escenario de las NDC condicionadas, se supone que los países lograrán todas sus promesas climáticas, incluidas aquellas suscritas con condiciones.
Si queremos evitar el calentamiento global de 2 °C para 2100, tendremos que garantizar que nuestra producción de emisiones no supere las 40 gigatoneladas de CO2 equivalente para 2030.
Para limitar el calentamiento a 1,8 °C a fines de siglo, las emisiones tendrán que reducirse aún más, y no podrán superar las 34 gigatoneladas de CO2 equivalente en 2030.
Y para evitar un aumento de temperatura de 1,5 °C en 2100, nuestras emisiones totales deberán mantenerse por debajo de 25 gigatoneladas de CO2 equivalente.
No. Hoy, los países no están haciendo lo suficiente. Un número creciente de naciones y regiones están adoptando objetivos ambiciosos en línea con la transformación necesaria, pero a una escala y un ritmo insuficientes.
Se espera que la mayoría de las naciones fortalezcan sus compromisos climáticos en 2020. Hasta la fecha, 71 países y 11 regiones, que representan aproximadamente 15% de las emisiones mundiales de GEI, tienen objetivos a largo plazo para lograr la neutralidad de emisiones, con distintos alcances, tiempos y niveles de obligación legal. Los países que representan el 85% restante de las emisiones mundiales aún deben asumir compromisos similares.
El G20 (19 países, más la UE) representa 78% de todas las emisiones. El grupo tiene hoy la mayor oportunidad de liderar la transición hacia un planeta próspero y sostenible.
Dos miembros del G20 (Francia y Reino Unido) han aprobado legislación.
Tres miembros del G20 (Alemania, Italia y la UE28) están en proceso de aprobar su legislación.
Quince miembros del G20 no tienen legislación con el objetivo de alcanzar la neutralidad de emisiones.
Los círculos son proporcionales al volumen de las emisiones de cada país. Los cuatro principales emisores (China, EE.UU., UE28 e India) han contribuido a más de 55% de las emisiones totales durante la última década, excluyendo las emisiones por cambios en el uso del suelo, como la deforestación.
China:
Las políticas existentes de China para promover las energías renovables en todo el país están entre las más avanzadas a nivel mundial. Sus subsidios para apoyar la generación de energía eólica y solar son algunos de los más altos del mundo. La transformación en China es una importante oportunidad de reducción de emisiones. Después de una desaceleración, las emisiones nacionales crecieron 1,6% en 2018 y alcanzaron un punto máximo de 13,7 gigatoneladas de CO2 equivalente.
Estados Unidos:
Seis estados y territorios han aprobado legislaciones para que 100% de la energía sea limpia en 2045 o 2050. Más de 100 ciudades han asumido el compromiso de usar exclusivamente energía limpia. Cuatro de los principales fabricantes de automóviles firmaron un acuerdo con el estado de California para mejorar el rendimiento de los combustibles y los estándares de emisiones. EE.UU. genera 13% de las emisiones globales y ha logrado una disminución gradual. Sin embargo, las emisiones aumentaron 2,5% en 2018, por lo que existe la oportunidad de actualizar los compromisos.
Es probable que la UE, con sus políticas actuales, cumpla con su compromiso de reducir las emisiones en 2030 al menos 40% por debajo de los niveles de 1990. La UE aumentó su objetivo de energía renovable para 2030 de 27% a 32% y su objetivo de eficiencia energética de 27% a 32,5%. La región produce 8,5% de las emisiones globales y las ha disminuido 1% cada año durante la última década. En 2018, las emisiones disminuyeron 1,3%.
India:
India continúa considerando plazos y objetivos para la transición hacia la movilidad eléctrica. Algunos de sus objetivos propuestos pondrían a India a la vanguardia del desarrollo de vehículos eléctricos a nivel mundial. El 7% de las emisiones globales del país aumentó 5,5% en 2018. Las emisiones per cápita son una de las más bajas dentro del G20.
The Russian Federation (4.8%) and Japan (2.7%) are the next largest emitters.
If land-use change emissions were included, the rankings would change, with Brazil likely to be the largest emitter.
Si se examinan las emisiones proyectadas para 2030, por nación y por persona, podemos ver la escala de las oportunidades que tienen países como Arabia Saudita, Australia, Canadá y Rusia para reducir sus emisiones.
Si bien todavía habrá impactos climáticos en un escenario de calentamiento de 1,5 °C, este es el nivel con los efectos menos devastadores. Cada fracción de calentamiento adicional a 1,5 °C traerá peores resultados y amenaza la vida de las personas, los medios de subsistencia y las economías.
Si bien todavía habrá impactos climáticos en un escenario de calentamiento de 1,5 °C, este es el nivel con los efectos menos devastadores. Cada fracción de calentamiento adicional a 1,5 °C traerá peores resultados y amenaza la vida de las personas, los medios de subsistencia y las economías.
A 1,5°C, más de 70% de los arrecifes de coral morirán, pero a 2°C se perderán prácticamente todos los arrecifes.
Es probable que los insectos, vitales para la polinización de cultivos y plantas, pierdan la mitad de su hábitat en el escenario de 1.5 °C, pero las probabilidades de esto se duplican a 2°C.
A 1,5 °C, el Ártico podría perder todo el hielo marino en verano una vez cada siglo. Esto podría pasar una vez cada década a 2°C.
Más de 6 millones de personas viven hoy en áreas costeras vulnerables al aumento del nivel del mar respectivo al calentamiento de 1,5 °C. En el caso de 2 °C, este problema afectaría a 10 millones de personas más a fines de siglo.
El aumento del nivel del mar será 10 centímetros más alto a 2 °C que a 1,5°C.
La frecuencia e intensidad de sequías, tormentas y fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más probables si superamos los 1,5°C.
El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 demuestra que estamos a punto de perder la oportunidad de alcanzar el objetivo de 1,5 °C y condenar a la humanidad a un futuro con graves impactos climáticos. Los países no pueden esperar a presentar sus compromisos actualizados del Acuerdo de París dentro de un año. Necesitan hacer mucho más, a partir de ahora. Las ciudades, regiones, empresas e individuos también tienen un papel que desempeñar.
Simplemente no podemos permitirnos la inacción. Por nosotros, por nuestros países, por nuestro futuro.
¿Sabes cuáles son los compromisos de tu país? ¿Sabes si son suficientes? ¿Sabes qué acciones debería tomar tu país?
Lee el informe, mantente informado, actúa ahora.