En América Latina y el Caribe (ALC) habitan aproximadamente 335 millones de mujeres y niñas (CELADE-CEPAL, 2022); de las cuales, por lo menos 63 millones viven en zonas rurales, con una interacción directa y constante con el medio natural.
No obstante, y a pesar de estas importantes cifras, en toda la región persisten brechas generalizadas, en las posibilidades de las mujeres para alcanzar todo el espectro de sus derechos, incluido el acceso a los recursos naturales y el control de los mismos, lo que se une a la carga del trabajo doméstico y del cuidado no remunerado, a los impactos en la salud de la contaminación, la inseguridad, violencia de género y limitada voz política, todas ellas cuestiones interconectadas.
Por otra parte, las mujeres a menudo se encuentran a la vanguardia de los movimientos ambientales y de defensa del territorio en la región. Sin embargo, varios de los países de América Latina y el Caribe se ubican en los primeros puestos, a nivel mundial, en la amenaza y el asesinato de líderes que se dedican a proteger la naturaleza, incluyendo también a las mujeres defensoras ambientales. En 2021, 200 personas defensoras de la tierra y del medio ambiente fueron asesinadas. El 78% de estos hechos ocurrieron en América Latina. Del total de víctimas a nivel mundial, 20 fueron mujeres, de las cuales 16 vivían en la región (Global Witness, 2022).
En este escenario de inequidad, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) considera que superar las brechas de género es fundamental para el desarrollo sostenible y por ende implementa iniciativas enfocadas en visibilizar esta problemática y mostrar el rol preponderante de la mujer en el manejo sostenible de los recursos naturales en América Latina y el Caribe.