Probablemente nunca hayas escuchado la palabra groundtruthing— un término no muy conocido fuera de círculos científicos—, pero el concepto que describe está transformando poco a poco la forma en la que las comunidades responden a los desastres.
Groundtruthing, una combinación de las palabras “tierra” y “verdad” en inglés, significa comprobar los datos de los satélites que orbitan el planeta solo una vez al día. En caso de una emergencia ambiental, como deslizamientos de tierra o explosiones volcánicas, la información debe actualizarse cada minuto, no cada día. Es aquí donde cobra importancia la ciencia ciudadana.
“La ciencia ciudadana existe y tiene un enorme potencial” dice Jason Jabbour, Coordinador Regional y Asesor Científico de ONU Medio Ambiente.
El teléfono inteligente ha abierto la posibilidad de compartir datos de una forma nunca antes vista, y es herramienta importante para conectar al mundo en desarrollo, donde gran parte de la población tiene menos de 30 años. Además, con la llegada de la tecnología 5G a las principales ciudades, se acelerará esta tendencia.
"Tenemos todos estos dispositivos que están recolectando montones de información, en tiempo real. Y las personas tienen la oportunidad de recopilar datos específicos para contribuir al proceso científico, sin necesidad de mucha capacitación", explica Jabbour.
En marco de la conferencia de Perspectivas del Medio Ambiente Mundial 2018 realizada en Singapur, Jabbour abordó las conexiones entre ONU Medio Ambiente y las miles de iniciativas de ciencia ciudadana que han surgido en el mundo. Inspirar a los ciudadanos para que ayuden a informar a los científicos puede mejorar su calidad de vida y la de las generaciones futuras, dicen los expertos.
Un beneficio sustancial de la ciencia ciudadana es su conexión directa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) relacionados con el medio ambiente y el cambio climático. En lugar de solo disponer de la información que los gobiernos proporcionan, los ciudadanos se han convertido en un atajo para develar datos precisos, relevantes y actualizados que pueden ser utilizados por organizaciones de todo tipo.
“Es necesario que la ciencia tenga en mente a un usuario final”, dice Shanna McClain, líder del Programa de Reducción de Riesgos y Resiliencia de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA). La NASA se encuentra en una posición única para ayudar a los más vulnerables a los efectos del cambio climático.
La NASA utiliza métodos innovadores para integrar datos científicos originados de una variedad de fuentes, lo que no solo implica procedimientos para reunir información a nivel comunidad, sino también para verificar datos satelitales en el terreno (groundtruthing).
Los voluntarios que recopilan y analizan datos se han convertido en una fuerza importante que apoya la captura de datos climáticos en el mundo, explicó McClain. A través de aplicaciones desarrolladas específicamente para los ciudadanos más vulnerables al cambio climático, la NASA y sus socios locales conectan a las comunidades con los datos que pueden ayudarlas a mitigar las condiciones climáticas cada vez más extremas. A través del aporte masivo de fotos y otra información, la organización y sus colaboradores crean una imagen más completa y precisa del cambio climático y la mitigación de desastres.
Otro proyecto de la NASA, Comunidades y Áreas en Riesgo Intensivo, incluye a pequeños Estados insulares, y comunidades costeras y de alta montaña que enfrentan riesgos particulares. Utilizando aplicaciones basadas en la ciencia ciudadana, las autoridades pueden monitorear el alcance de deslizamientos de tierra e inundaciones.
Esto se ha probado con éxito en Hampton Roads, Virginia (EE.UU.), donde se experimenta un aumento en la extensión de inundaciones, con enormes mareas (conocidas como King Tides), hundimientos en partes de la ciudad y un rápido desarrollo urbano. En alianza con el Instituto de Ciencias Marinas de Virginia se creó una aplicación llamada "Catch the King Tide" (Atrapa a la gran marea) en la que los voluntarios miden anualmente la extensión de las mareas.
En este y en otros casos, la NASA comparte datos satelitales que hacen una gran diferencia para las personas en el terreno. En el monitoreo de desprendimientos de tierra e inundaciones, en particular, la ciencia ciudadana ayuda a resolver desafíos de resiliencia, explica McClain.
“Nos aseguramos de que lo que vemos o lo que nos falta ver desde el espacio se pueda confirmar desde el suelo con alguien que realmente lo haya presenciado”, dice. Los satélites pueden detectar el movimiento de deslizamientos de tierra, por ejemplo, pero solo observan el área afectada dependiendo de las rutas en órbita. “No podemos capturar todo el planeta el mismo tiempo”, dice McClain.
Otro beneficio del groundtruthing es que “la ciencia ciudadana empodera a la comunidad para que esté más preparada”, explica, ya que los ciudadanos contribuyen y participan activamente en la recopilación y análisis de datos, y están más comprometidos con los resultados a medida que reconocen cómo los datos afectan sus vidas y comunidades. Días, horas e incluso minutos pueden salvar a miles o cientos de miles de personas.
“La ciencia parece distante para algunas personas o desconectada de sus vidas. La aplicación acerca la ciencia a los hogares. Es una herramienta educativa y de colaboración”, explica McClain.
Sin embargo, Jabbour señala que los datos de colaboración colectiva podrían no ser bienvenidos universalmente. “Es simple, algunos países ven esto como una amenaza a la soberanía. No quieren ceder información que los haría más competitivos o que ofrecería una perspectiva negativa sobre ellos”.
“Al mismo tiempo, se reconoce que algunos de los datos que los gobiernos no ofrecen no se están utilizando en todo su potencial”, añade. Pone como ejemplo los datos sobre muertes prematuras relacionadas con la exposición al aire contaminado. “La liberación de esos datos, o su entrega a los sistemas que pueden ayudar a los países, ha motivado una transformación. Los países ahora pueden ver cuán costosa es la mala calidad del aire”.
La clave para reforzar el groundtruthing es conectar a la comunidad con el medio ambiente, añade McClain. “Si las personas viven en una región propensa a deslizamientos de tierra o inundaciones repentinas, pueden comprender mejor los eventos que conllevan a un desastre”. Con su participación, los habitantes no solo identifican la solución del problema sino que investigan su origen. “Si podemos recopilar alguna de esta información con anticipación y enfocar los satélites para capturar el evento, podemos obtener datos para el personal de emergencia y así mandar ayuda específica a los pueblos y vialidades afectadas. El nivel de detalle es lo que puede salvar miles de vidas”.
Para más información, comuníquese con Jason Jabbour: jason.jabbour@un.org