En la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente de 2022, 190 Estados miembros acordaron crear un nuevo organismo que proporcione información sólida e independiente sobre productos químicos, residuos y contaminación a los responsables de la formulación de políticas. El nuevo grupo científico-normativo, que se prevé que entrará en funcionamiento en 2025, ayudará a gobiernos, empresas, agricultores y demás partes interesadas a hacer frente a una crisis cada vez más aguda.
Ya existen dos grupos científico-normativos mundiales que se ocupan de los principales problemas ambientales. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) evalúa la ciencia del cambio climático y la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) se centra en la ciencia de la biodiversidad y las contribuciones de la naturaleza a las personas. Ambos grupos han desempeñado un papel vital a la hora de garantizar decisiones y medidas mejor informadas, gracias al trabajo conjunto de miles de científicos y depositarios de conocimientos (como los pueblos Indígenas) a la hora de incorporar las últimas investigaciones, evidencias y posibles políticas en informes aceptados por los gobiernos de todo el mundo.
Este mes, un grupo de trabajo convocado por el PNUMA se reunió en la ciudad suiza de Ginebra para decidir la estructura del nuevo grupo científico-normativo, y se espera que la primera sesión del órgano rector del grupo se celebre a principios del próximo año. Antes de que eso ocurra, echemos un vistazo a los paneles científico-normativos y a su importancia.
¿Qué es una plataforma científico-normativa?
Las plataformas científico-normativos o grupos de expertos están diseñados específicamente para proporcionar a los responsables de la toma de decisiones, incluidos los gobiernos, la información que necesitan para elaborar políticas ambientales con conocimiento de causa. El trabajo de los organismos científico-políticos también puede contribuir a aumentar la toma de conciencia sobre un tema en particular y, en algunos casos, incluso hacer sonar la alarma sobre crisis de reciente aparición. Su objetivo es reforzar la interfaz ciencia-política, mediante la búsqueda de un equilibrio viable entre las evaluaciones científicas, su difusión y su aplicación en la toma de decisiones.
¿Por qué son importantes?
Los organismos científico-políticos son una herramienta vital para combatir la triple crisis planetaria de cambio climático, pérdida de naturaleza y biodiversidad y contaminación y desechos. Para ello, examinan los últimos avances científicos y llegan a un consenso autorizado sobre la situación actual de la información científica y demás evidencias.
"Los organismos científico-políticos ayudan al mundo a desarrollar soluciones basadas en pruebas que sean ampliables y se traduzcan en respuestas eficaces a nuestros desafíos ambientales compartidos", afirmó Sheila Aggarwal-Khan, Directora de la División de Industria y Economía del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
"Al incluir a todas las partes implicadas en el ciclo de vida de una cuestión concreta, estos paneles tienen en cuenta todos los aspectos técnicos, económicos, ambientales, sanitarios y sociales de un problema determinado, y permiten crear soluciones eficaces."
¿Quién participa en el trabajo de las organizaciones científico-políticas?
Diversos científicos, representantes gubernamentales y otros actores, como organizaciones de la sociedad civil, contribuyen a la labor de dichos organismos científico-normativos. Los productos resultantes, acordados por los gobiernos miembros, representan las mejores pruebas disponibles sobre un tema específico.
El IPCC está formado por tres grupos de trabajo y el Equipo de Tareas sobre los Inventarios Nacionales de Gases de Efecto Invernadero. Los tres equipos de tareas examinan distintos aspectos del cambio climático, como la manera en que las comunidades pueden adaptarse a él y mitigarlo, así como los fundamentos físico-científicos del cambio climático. Por su parte, la IPBES reúne a equipos de autores de los principales expertos mundiales en una amplia lista de temas, como los vínculos entre polinización y producción de alimentos, el uso sostenible de las especies silvestres y las especies exóticas invasoras y su control.
Miles de expertos de todo el mundo ofrecen voluntariamente su tiempo para elaborar los informes de evaluación del IPCC y la IPBES. Se utilizan como base de las negociaciones durante los procesos intergubernamentales mundiales, como la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, que se celebra anualmente en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), y la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad, que se celebra cada dos años en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica.
¿Qué avances han logrado?
El primer y el segundo informe de evaluación del IPCC sentaron las bases de los acuerdos climáticos modernos. El informe inaugural del IPCC en 1992 desempeñó un papel en la creación de la CMNUCC y la Conferencia de las Partes (COP) sobre el clima, la conferencia anual sobre el clima en la que los países negocian la acción climática. El informe de evaluación de seguimiento del IPCC (y en particular la frase "El balance de las pruebas sugiere una influencia humana discernible en el clima global") fue un momento histórico para la acción climática. Proporcionó a los países pruebas suficientes para empezar a acordar objetivos de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero. Esto condujo al Protocolo de Kyoto en 1997 y al Acuerdo de París en 2015. "Desde su creación en 1988, cada Informe de Evaluación del IPCC ha dejado una huella clara e indeleble en los esfuerzos internacionales para hacer frente al desafío del cambio climático", afirmó Abdalah Mokssit, Secretario del IPCC.
La IPBES ha producido 11 informes desde 2016, incluido el Informe de Evaluación Mundial de 2019 que alertó al mundo sobre el alcance de la crisis mundial de la biodiversidad, al constatar que 1 millón de especies de plantas y animales están ahora en cierto grado de peligro de extinción, muchas de ellas desaparecerán en cuestión de decenios. La Evaluación sobre las especies exóticas invasoras y su control de la IPBES de 2023 reveló que el coste mundial anual de las invasiones biológicas supera los 423.000 millones de dólares y que estas especies han desempeñado un papel clave en el 60% de todas las extinciones de plantas y animales.
"La IPBES se ocupa de la biodiversidad, es decir, de la vida en la Tierra en toda su inmensa riqueza. Trata de las contribuciones y la calidad de vida que la naturaleza proporciona a las personas", señaló Anne Larigauderie, Secretaria Ejecutiva de la IPBES. "Se ocupa de las causas de la pérdida de estas contribuciones y, lo que es muy importante, IPBES también aborda las posibles medidas de acción de las que disponemos todos".
Facilitar la interfaz ciencia-política para reparar la capa de ozono
Otras organizaciones y acuerdos multilaterales sobre medio ambiente albergan grupos de expertos para facilitar la interfaz entre ciencia y política. Un ejemplo es el Grupo de Evaluación Tecnológica y Económica creado en 1990 por los países firmantes del Protocolo de Montreal, un acuerdo multilateral que regula la producción y el consumo de los productos químicos que agotan la capa de ozono. El panel proporciona información sobre las tecnologías alternativas que han permitido eliminar prácticamente el uso de sustancias que dañan la capa de ozono, como los clorofluorocarbonos (CFC) y los halones.
¿Cómo está cambiando el papel de los organismos científico-normativos?
Según los expertos, los organismos científico-normativos seguirán realizando el importante trabajo que vienen haciendo. Pero puede que desempeñen un papel más importante a la hora de hacer balance de los avances realizados en acuerdos internacionales clave sobre medio ambiente, como el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Los organismos científico-políticos también seguirán equilibrando su papel entre las evaluaciones y su difusión y asimilación en la toma de decisiones en el mundo real. "La pertinencia de las políticas sigue siendo la principal prioridad del IPCC, de modo que los responsables de la toma de decisiones a todos los niveles puedan hacer un uso eficaz de los mejores datos científicos disponibles y más actualizados a la hora de formular sus políticas y medidas", declaró Abdalah Mokssit, del IPCC.
¿Por qué es tan importante el nuevo grupo científico-normativo sobre productos químicos, desechos y contaminación?
La decisión de crear este grupo dotará al tercer aspecto de la triple crisis planetaria de un órgano científico propio. Se calcula que la contaminación es responsable de 9 millones de muertes al año en todo el mundo, y que las muertes relacionadas con la contaminación han aumentado un 66% en las dos últimas décadas. La contaminación química aumenta el riesgo de resistencia a los antimicrobianos, que causó casi 1,3 millones de muertes directamente atribuibles y casi 5 millones de muertes asociadas en 2019. El nuevo grupo científico-normativo ayudará a los países a aplicar los tratados internacionales sobre productos químicos, desechos y contaminacióny a identificar soluciones eficaces a esta crisis.
El Marco Mundial sobre los Productos Químicos es un plan integral para guiar a los países y a las partes interesadas a la hora de abordar conjuntamente el ciclo de vida de las sustancias químicas, incluidos los productos y los residuos. Dicho marco, adoptado en Bonn en septiembre de 2023, incluye cinco objetivos estratégicos y 28 metas para la gestión racional de los productos químicos y los residuos, con la visión de forjar un futuro seguro, saludable y sostenible.