El elefante es amado, reverenciado y respetado por personas de todo el mundo, pero la caza furtiva, la pérdida de hábitat y el conflicto entre humanos y elefantes, exacerbados por el cambio climático, han reducido drásticamente las poblaciones de África y Asia en las últimas décadas.
En las dos décadas previas a que promulgara una prohibición internacional del marfil de elefante en 1989, la población de estos animales se redujo a la mitad debido a la caza furtiva desenfrenada.
Se calcula que a finales de 2015 existían entre 415.000 y 550.000 elefantes, frente a la población de entre 508.000 y 655.000 de finales de 2006, según el informe sobre la situación del elefante africano de 2016.
Elefantes en su ritual de apareamiento ©: Charlesjsharp
Presionar a la caza furtiva
La demanda de marfil es el principal motor de la caza furtiva de elefantes africanos y asiáticos.
Se estima que entre 20.000 y 30.000 elefantes han sido matados ilegalmente cada año desde 2010. Sin embargo, las poblaciones de elefantes están aumentando en algunas áreas, especialmente en el sur de África.
Mientras que la caza furtiva sigue siendo una amenaza importante, la buena noticia es que este flagelo parece estar disminuyendo debido a las medidas políticas y una mayor conciencia de los consumidores sobre el impacto del comercio de marfil en las poblaciones de elefantes.
China, donde surge la mayor demanda de marfil, dio un paso enérgico el año pasado al alinear su legislación nacional con la prohibición internacional y vetar las importaciones de marfil desde finales de 2017.
Pérdida de hábitat y conflicto humano-elefante
La pérdida de hábitat debido a la deforestación, el aumento de la minería y la expansión de la frontera agrícola se han convertido en un problema, tanto para los elefantes africanos como para los asiáticos. En la interacción de todas estas prácticas se produce la fragmentación del hábitat, que crea el aislamiento de las poblaciones, dificulta la reproducción y permite a los cazadores furtivos encontrar a los elefantes y establecer trampas más fácilmente.
Los conflictos entre humanos y elefantes ocurren con mayor frecuencia cuando los elefantes entran en las tierras agrícolas, a menudo debido a la pérdida o degradación del hábitat, lo que lleva a los humanos a matar elefantes y viceversa.
¿Qué está haciendo ONU Medio Ambiente?
Además de su labor de concientización y reducción de la demanda a través de su campaña digital global Feroz por la Vida, ONU Medio Ambiente trabaja con la Oxford Martin School y el Instituto Luc Hoffmann en un proyecto de tres años tentativamente titulado Conservación 3.0: Repensando la conservación para el siglo XXI.
A pesar de décadas de trabajo en la conservación de la vida silvestre y de todos los éxitos logrados, la erosión de la biodiversidad y el empobrecimiento de los ecosistemas avanzan rápidamente.
El objetivo de la iniciativa Conservación 3.0 es diseñar un nuevo enfoque integral para la protección de los recursos naturales y los ecosistemas, considerando una narrativa nueva, atractiva y positiva centrada en la interdependencia de la naturaleza y la humanidad.
El Día Mundial del Elefante fue concebido en 2011 por los cineastas canadienses Patricia Sims y Michael Clark, de Canazwest Pictures, y Sivaporn Dardarananda, Secretario General de la Fundación de Reintroducción de Elefantes en Tailandia. El día conmemorativo fue lanzado oficialmente por Patricia Sims y la Fundaciónde Reintroducción de Elefantes el 12 de agosto de 2012.
El Día Mundial del Elefante es apoyado por más de 65 organizaciones de vida silvestre y muchas personas en todo el mundo.