Hojas de plátano para envolver los alimentos. Marcos para anteojos forjados a partir de botellas de plástico recicladas y un limpiador multiusos tan pequeño como una píldora.
Estas ideas son las ganadoras de un concurso del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) diseñado para ayudar a contrarrestar algunas de las mayores amenazas ambientales que enfrenta América Latina y el Caribe.
El Concurso Innovación para los Estilos de Vida Sostenibles reconoce a jóvenes emprendedores cuyos conceptos podrían ayudar a reducir la contaminación, combatir el cambio climático y prevenir la pérdida de biodiversidad.
El concurso de este año analizó las propuestas de 76 equipos de 12 países de la región. Los ganadores fueron anunciados en septiembre durante la Semana del Consumo Sostenible de la región.
Una pequeña empresa de Bolivia que procesa hojas de plátano para reemplazar las películas plásticas usadas en la cocina ganó el primer lugar. El segundo lugar fue para un grupo de empresarios que elaboran marcos para anteojos a partir de botellas de plástico en Ecuador. Y un equipo de México que produce un limpiador biodegradable en forma de píldora, que evidencia que no son necesarios los contenedores de plástico, quedó en tercer lugar.
"Lo que una vez fue importante, hoy es urgente. Esa es una de las lecciones aprendidas de la pandemia", dijo Jacqueline Álvarez, directora regional del PNUMA para América Latina y el Caribe. "Si queremos resultados duraderos y a largo plazo, debemos integrar la sostenibilidad ambiental en todas las acciones, y esencialmente en la recuperación de la COVID-19".
La premiación ocurre en el contexto de lo que los expertos llaman una triple crisis planetaria: la rápida intensificación del cambio climático, la contaminación sin control y la crisis de biodiversidad que se manifiesta en el riesgo de extinción de un millón de especies.
“Si queremos resultados duraderos y a largo plazo, debemos integrar soluciones enmarcadas en la sostenibilidad ambiental y, especialmente, en las de recuperación de la COVID-19”
Desde la plantación a la cocina
De acuerdo a investigaciones del PNUMA, se espera que la generación de desechos aumente al menos un 25% para 2050 en América Latina y el Caribe. La inspiración para el proyecto Banana Pack, de Bolivia, surgió a partir de la preocupación por el incremento en la producción de basura. El producto ofrece hojas de plátano en cortes especiales para proteger los alimentos y cocinar deliciosos platillos, como lo hacen muchas comunidades indígenas.
Las fundadoras, Alicia Valda y Kiara Miranda, pensaron que su producto podría reemplazar fácilmente el film de plástico, sin exigir un cambio de comportamiento complejo en los clientes.
“Banana Pack se confecciona con materia prima que surge del residuo del cultivo de banano. Algo que antes se consideraba un desperdicio hoy es una fuente de ingresos extra para los productores", explica Valda.
El equipo ahora trabaja con diez granjas familiares que producen cultivos libres de químicos, y las hojas se ofrecen a clientes en diferentes tamaños, para diferentes propósitos.
"Banana Pack se inspiró en una costumbre heredada por generaciones. Podemos adaptar un conocimiento ancestral a nuestro mundo de ‘comida rápida’ para reducir el impacto ambiental de nuestras decisiones", reflexiona Valda, tras ganar el primer premio en el concurso Innovación para Estilos de Vida Sostenibles.
La visión de la circularidad
La motivación para crear Bottleyes, proyecto finalista de Ecuador, surgió como respuesta a la marea tóxica de plástico que asfixia a los océanos del mundo y a la epidemia de problemas de visión que afecta al mundo en desarrollo.
El equipo de cuatro personas, integrado por Bryan Román Aguilar, Pablo Herrera Freire, Bryan Aguilar Alvarado e Isaac Romero, está dando una segunda vida a las botellas de plástico y convirtiéndolas en monturas de gafas.
"En las investigaciones que hicimos nos encontramos con niños rezagados de sus estudios porque sus padres no podían pagar el recibo oftalmológico, con personas de la tercera edad en geriátricos que se sentían obsoletas por no poseer un par de anteojos”, explica Romero.
Cada marco Bottleyes se produce con el plástico obtenido de tres botellas recicladas e incluye una bisagra original que permite el reemplazo de piezas, por lo que, a diferencia de las monturas tradicionales, se pueden reparar varias veces.
"Los productos ecológicos se han restringido para nichos de alto poder adquisitivo. Debemos pensar en hacer que estas soluciones sean accesibles", dice Romero. Bottleyes es parte de soluciones enmarcadas en la economía circular, la cual promueve productos reutilizables en el tiempo, en lugar de productos desechables.
Solo el 8,6% de la economía mundial es circular. Aumentar ese porcentaje, dicen los expertos, podría ayudar a reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir la contaminación.
Una cápsula para limpiarlo todo
A medida que se agravaba la pandemia de COVID-19, tres estudiantes universitarias de Celaya, en el centro de México, se alarmaban por el aumento en el uso de artículos desechables y desinfectantes vendidos en botellas de plástico.
Para responder al desafío, el equipo ideó una pastilla efervescente que, cuando se diluye en agua, se convierte en un limpiador multiusos biodegradable.
“Con cada empaque de pastillas One Step Cleaner, los clientes evitan la compra de cuatro botellas tradicionales de desinfectante”, explica Elizabeth Romero, estudiante de Diseño Digital.
Las píldoras incluyen solo reactivos de grado alimenticio, como el ácido cítrico, y sus inventoras consideran que sus compuestos son incluso nutritivos para las plantas. El producto viene en un saco de yute biodegradable e incluye una semilla para fomentar la plantación de árboles entre los consumidores.
Romero y sus socias Maricruz Avila y Alejandra López Viana, esperan evitar 500 kg de residuos plásticos en su primer año de producción.
“Creemos ampliamente que el emprendimiento social y circular puede salvar al mundo. Los nuevos negocios no solo deben ser proyectos que generen dinero, sino proyectos que cambien al mundo”, dice Romero.
Los tres equipos reconocidos en el Concurso de Innovación para los Estilos de Vida Sostenibles recibirán fondos para ampliar sus planes. El Centro de Emprendimiento de la Universidad de los Andes, en Colombia, ofrecerá apoyo directo para hacer crecer estas iniciativas y ayudarlas a marcar la diferencia en sus mercados locales.
El concurso es organizado con el apoyo del proyecto del PNUMA "Impulsar el consumo sostenible en América Latina con una mejor información y diseño del producto" financiado por la Unión Europea y la iniciativa Oportunidades Globales para los ODS (GO4SDGs), que a su vez es financiada por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Conservación de la Naturaleza y Seguridad Nuclear de Alemania.