La guerra en Europa, las turbulencias económicas y los efectos del COVID-19 han dominado los titulares mundiales en 2022. Pero el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y naturaleza, y la contaminación y los desechos (nuestra triple crisis planetaria) no han desaparecido.
De hecho, el conflicto de Ucrania, la escalada de los precios de la energía y las materias primas y la persistente pandemia apuntan a la necesidad de un mundo más sostenible. Un elemento clave de esa transformación es detener la pérdida de naturaleza y restaurar los ecosistemas. Y pocos ecosistemas son tan importantes como los bosques tropicales.
Previo al Día Mundial de los Bosques Tropicales, el 22 de junio, conversamos con Gabriel Labbate, jefe de la Unidad de Mitigación del Cambio Climático del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El Sr. Labbate nos explica por qué es tan urgente salvaguardar los bosques tropicales, las consecuencias difícilmente imaginables de un fracaso y cómo todos podemos contribuir a garantizar su supervivencia.
PNUMA: ¿Por qué es tan importante la selva tropical?
Gabriel Labbate (GL): No hay manera de limitar el calentamiento global a 2 °C, y mucho menos a 1,5 °C, si no reducimos las emisiones derivadas de los bosques a un cero neto para 2030 o 2035 y si, al mismo tiempo, emprendemos un proceso masivo de restauración forestal para eliminar el carbono del aire. Esto es fundamental junto con la rápida descarbonización de nuestras economías.
Sin embargo, la cuestión va mucho más allá del carbono. Los bosques como la Selva Amazónica o la Cuenca del Congo son gigantescos reservorios de biodiversidad, hogar de jaguares, chimpancés y perezosos. También son clave para la regulación de la disponibilidad de agua a escala regional. La cuenca del Congo, por ejemplo, influye en los regímenes pluviales de lugares tan lejanos como el norte de África. Para las personas que viven dentro de estos ecosistemas, los bosques son una fuente de ingresos, alimentos y medicinas.
PNUMA: ¿Hasta qué punto es grave la amenaza para los ecosistemas de la selva tropical?
GL: Hay indicios preocupantes de que algunos de estos sistemas pueden estar cerca de puntos de no retorno. Por ejemplo, uno de los artículos científicos más preocupantes que leí en los últimos seis meses documentaba claros indicios de que el Amazonas estaba perdiendo capacidad de recuperación.
El Amazonas es como un gigantesco reciclador, una bomba de agua. El agua puede reciclarse hasta cinco veces en su recorrido desde el sureste hasta el noroeste del Amazonas. Cuando la lluvia cae sobre los árboles y la vegetación, una parte es absorbida y otra vuelve al aire tras la evapotranspiración.
Si se detiene esta bomba de agua, todo el sistema puede transformarse en una sabana porque no queda agua suficiente para mantener un bosque tropical. La desaparición de un ecosistema de este tipo tendrá una serie de consecuencias. Probablemente, será más de lo que la sociedad tal y como la conocemos pueda soportar.
Hay indicios preocupantes de que algunos de estos sistemas pueden estar cerca de puntos de no retorno.
PNUMA: ¿Qué actividades humanas corren el riesgo de provocar el colapso de los ecosistemas?
GL: Una amenaza importante en el sudeste asiático y América Latina son los sistemas de producción de alimentos. La expansión de la soja, el ganado y demás productos básicos se está produciendo mediante la deforestación y la pérdida de bosques autóctonos. Ése es el principal problema.
Eso no significa que los sistemas de producción de alimentos no puedan expandirse. Deben expandirse porque la población mundial seguirá aumentando durante algún tiempo antes de estabilizarse. No obstante, los sistemas de producción de alimentos tendrán que expandirse en otros tipos de tierras. Este tipo de expansión es viable; no es imposible desde el punto de vista económico.
Las infraestructuras son otro factor causante: la intrusión de las carreteras en los bosques intactos trae consigo la deforestación.
Los incendios forestales se están convirtiendo en una amenaza importante y son un ejemplo de un bucle de retroalimentación positiva, en el que el aumento del cambio climático y las temperaturas globales, a través de diferentes mecanismos de transmisión, dan lugar a un aumento de la frecuencia e intensidad de los incendios forestales. Estos bombean más carbono al aire, lo que a su vez refuerza el cambio climático, aumentando las temperaturas, y así sucesivamente.
PNUMA: Usted mencionó la necesidad de restaurar los bosques a gran escala. ¿Qué más hay que hacer para salvaguardar los bosques tropicales?
GL: Desde el punto de vista empresarial, las empresas dedicadas a la producción de materias primas deberían sanear sus cadenas de suministro. Con suerte, la opinión pública debería presionar a estas empresas para que lo hagan. Ya hay indicios de que los principales compradores de materias primas, como la Unión Europea, están pensando seriamente en imponer condiciones para la compra de materias primas, es decir, que éstas no puedan estar viciadas por la deforestación.
Los gobiernos también deben tomar medidas para frenar la deforestación, reforzar la conservación e impulsar la restauración. Brasil, por ejemplo, demostró en el pasado que es perfectamente factible detener la deforestación sin perjudicar a las industrias agrícolas. De 2004 a 2012, la deforestación se redujo en torno al 80% mientras el país seguía siendo un gran exportador de materias primas.
Una tercera prioridad es poner un precio adecuado al carbono. En el mercado de carbono de la Unión Europea, el precio del permiso para contaminar oscila entre 60 y 70 euros por tonelada. Sin embargo, el precio del carbono forestal en los mercados voluntarios de carbono es de apenas unos 12 dólares. Esto es irracional, porque cuando el carbono llega a la atmósfera no importa si procede de una cementera o de la deforestación. El carbono es carbono. Si el precio del carbono forestal se acercara al precio que se ve en Europa, la lógica económica de muchas de las actividades que dan lugar a la deforestación desaparecería. Sería más rentable reducir las emisiones o eliminar el carbono.
PNUMA: ¿Qué está haciendo el PNUMA para contrarrestar la deforestación?
GL: El PNUMA trabaja en todos los principales ejes de cambio. Aunque es necesario incrementar la financiación en este sector y aumentar el precio del carbono forestal, el PNUMA no compra ni vende créditos de carbono. Nuestra tarea es asegurarnos de que el sistema cuente con integridad social y ambiental, de que no se produzcan abusos en él, al tiempo que facilitamos el acceso de los países y las comunidades a estos pagos por la reducción de emisiones, ya sea por parte de donantes o en mercados voluntarios de carbono. Esto entra dentro de la labor de nuestro programa ONU-REDD.
Trabajamos a fondo en cadenas de suministro sin deforestación, ayudando a las empresas a asegurarse de que las materias primas que compran proceden de los lugares adecuados. Un ejemplo es nuestro apoyo a los intermediarios agrícolas y a la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible.
Asimismo, trabajamos con los bancos para facilitar corrientes de inversión o financiación para el uso sostenible de la tierra. Algunas de estas transformaciones requieren inversiones, y estas inversiones requieren financiación. Por eso es importante que la financiación sea asequible.
Al mismo tiempo, prestamos gran atención al fortalecimiento de las áreas protegidas y los territorios Indígenas. El Marco mundial de biodiversidad posterior a 2020, es un vehículo muy importante para alcanzar estos objetivos, y el PNUMA participa con gran empeño en las negociaciones.
PNUMA: ¿Cómo puede contribuir una persona cualquiera a la protección de los bosques?
GL: Si se acercan unas elecciones en su país o localidad, infórmese de lo que proponen las distintas fuerzas políticas sobre la conservación del medio ambiente. Cuando realice sus compras, compruebe de dónde proceden los productos; en Internet encontrará buena información sobre si los productos están implicados en la deforestación. Si tiene hijos, hábleles de la importancia de conservar el medio ambiente. Y si ya existe una asociación ecologista local en tu ciudad, aldea o donde vivas, únete a ella, dedícale un poco de tu tiempo y familiarízate con los problemas.
En Internet se puede encontrar buena información sobre si los productos están implicados en la deforestación.
El Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030) pretende prevenir, detener e invertir la degradación de los ecosistemas en todos los continentes y océanos. Este Decenio permitirá ayudar a poner fin a la pobreza, combatir el cambio climático y prevenir una extinción en masa. Pero estos esfuerzos solo tendrán éxito si todos cumplimos con nuestra parte. Consulte más información sobre lo que puede hacer a nivel individual o comunitario para formar parte de la #GeneraciónRestauración
El Programa de Colaboración de las Naciones Unidas para Reducir las Emisiones debidas a la Deforestación y la Degradación Forestal en los Países en Desarrollo ( ONU-REDD) es una plataforma de conocimientos especializados y asesoramiento de las Naciones Unidas. Su objetivo es ayudar a hacer realidad soluciones forestales a la emergencia climática evitando las emisiones de carbono y fomentando el secuestro de carbono.