En las negociaciones que se mantuvieron durante el fin de semana, los países llegaron a un acuerdo histórico sobre establecer y poner en funcionamiento un fondo de pérdidas y daños, en particular para las naciones con mayor vulnerabilidad a la crisis climática.
El acuerdo se firmó el domingo temprano por la mañana cuando los líderes concluyeron las conversaciones en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima (COP27), que se llevaron a cabo durante dos semanas.
Si bien quedan muchos detalles por negociar, se prevé que el fondo proporcione apoyo a los países en desarrollo, particularmente aquellos vulnerables a los efectos adversos de la crisis climática, en materia de gestión y compensación de las pérdidas derivadas de las sequías, inundaciones, aumento del nivel del mar y demás desastres causados por el cambio climático.
Si bien el texto negociado reconoció la necesidad de financiación por parte de diversas fuentes, no se han tomado decisiones sobre quién debe contribuir al fondo, de dónde provendrá este dinero y qué países se beneficiarán. Estas preguntas han sido objeto de gran controversia en la mesa de negociaciones.
La adaptación a la crisis climática, que podría requerir de todo tipo de medidas, desde la construcción de diques hasta la creación de cultivos resistentes a la sequía, podría costar a los países en desarrollo entre US$ 160.000 millones y $US 340.000 millones cada año para 2030. Dicha cifra aumentaría hasta US$ 565.000 millones de aquí a 2050 si el cambio climático sigue acelerándose, según el Informe sobre la Brecha de Adaptación 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
“Esta COP ha dado un importante paso hacia la justicia”, afirmó este domingo António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas.
Aunque muchas personas elogiaron la creación del fondo, a muchas también les preocupó que no se lograra lo suficiente en la COP27, conferencia celebrada en la ciudad turística egipcia de Sharm el-Sheikh, en materia de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) responsables de la actual crisis climática.
A continuación se presenta un vistazo más detallado a las conclusiones clave adicionales de la conferencia y lo que podrían significar para el futuro de las negociaciones climáticas.
Los países no lograron distanciarse de los combustibles fósiles de manera firme
Los países repitieron la frase "eliminar gradualmente el carbón" que figuraba ya en el acuerdo del año pasado en la COP26 en Glasgow, no es una novedad. Si bien el texto final de la COP27 promueve las energías renovables, se sigue destacando la energía de "bajas emisiones", que los críticos especialistas creen que se refiere al gas natural, una fuente más de emisiones contaminantes de GEI.
Persiste la preocupación por el aumento de las emisiones
El resultado primordial de las Conferencias sobre el Cambio Climático (COP) es el acuerdo final, que recibe la votación de delegados de alrededor de 200 países. Este acuerdo suele suscitar negociaciones intensas, y la edición de 2022 no ha sido una excepción, ya que se presenciaron conversaciones que duraron hasta el domingo por la mañana, un día más de lo habitual. El acuerdo final mencionó “la urgente necesidad de una reducción profunda, rápida y sostenida de las emisiones globales de gases de efecto invernadero” (traducción no oficial) para limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, el objetivo más ambicioso del Acuerdo de París. Sin embargo, se expresó preocupación por el hecho de que no se hubiera logrado ningún progreso concreto en el aumento de la ambición de los objetivos o en la reducción de las emisiones de combustibles fósiles con respecto a la COP26. Estos asuntos pendientes son una mala noticia para un mundo cuyas temperaturas aumentan a paso galopante.
El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022, publicado por el PNUMA justo antes de la COP27, pintó un panorama sombrío, puesto que resalta que no existe un camino creíble para lograr un futuro de 1,5 °C si la sociedad no pasa por una transformación rápida y radical. Por cada décima de centígrado que suben las temperaturas, se agrava la severidad de las tormentas, las sequías y demás fenómenos meteorológicos extremos.
La financiación climática fue el centro de atención
La financiación en materia de proyectos o medidas asociadas al clima fue, como se esperaba, una parte clave de la COP27. El acuerdo final destaca que "se necesitan invertir entre US$ 4 y 6 billones cada año en energía renovable desde ahora hasta 2030, incluidas las inversiones en tecnología e infraestructura, para que podamos lograr las cero emisiones netas para 2050" (traducción no oficial).
Los Estados recurren más a la tecnología
Dos órganos de la ONU, el Comité Ejecutivo de Tecnología y el Centro y Red de Tecnología del Clima, anunciaron los planes dirigidos a acelerar el despliegue de tecnologías "transformadoras" para contrarrestar la crisis climática. El Secretario General de las Naciones Unidas dio a conocer un plan de US$ 3.100 millones para garantizar que todos los habitantes del planeta estén protegidos por sistemas de alerta temprana de aquí a cinco años.
Las emisiones de metano acaparan la atención
El PNUMA anunció el lanzamiento de un nuevo sistema basado en satélites diseñado para detectar emisiones de metano, un potente gas de efecto invernadero. Los expertos han dicho durante mucho tiempo que cada día se escapan cantidades ingentes de gas en las instalaciones de manejo de petróleo y gas en todo el mundo. Al ser incoloro e inodoro, el metano es responsable de más del 25% del calentamiento global que experimenta la Tierra en la actualidad. El PNUMA utilizará la detección satelital para notificar a los gobiernos y las empresas sobre las fugas de metano, y así ayudarles a actuar en consecuencia.
Los donantes ofrecieron apoyo para la adaptación
Un conjunto de Estados, gobiernos regionales y agencias de desarrollo prometieron US$ 230 millones al Fondo de Adaptación para ayudar a las comunidades vulnerables de todo el mundo a adaptarse al cambio climático. Asimismo, los gobiernos avanzaron gradualmente en la consecución del Objetivo Mundial sobre la Adaptación, que es una parte fundamental del Acuerdo de París destinado a ayudar a los países a hacer frente a las consecuencias de la crisis climática. Se espera que dichas conversaciones concluyan en la COP28 el próximo año que se celebrará en los Emiratos Árabes Unidos.
Interés prominente en la restauración de los ecosistemas degradados
El PNUMA lanzó en Sharm el-Sheikh su informe Evaluación Mundial de las Turberas (Global Peatlands Assessment). Este documento constituye la primera evaluación mundial y exhaustiva de las turberas en casi 15 años y destaca la importancia de las turberas tanto para la biodiversidad como para el secuestro natural de carbono. En el informe se concluye que el mundo pierde 500.000 hectáreas de turberas al año, mientras que las turberas ya drenadas y degradadas contribuyen cada año con alrededor del 4% de las emisiones antropogénicas mundiales de gases de efecto invernadero.
Se dedicó un día a la participación de jóvenes
En la COP27 se dedicó por primera vez un pabellón a la infancia y la juventud, en el que hizo hincapié en que las generaciones más jóvenes serán las que más sufran por la crisis climática. Asimismo, la conferencia contó con el primer Foro sobre el clima dirigido por jóvenes, en el que participaron varios encargados de alto nivel de la formulación de políticas. En el acuerdo de cierre, los delegados instaron a los países a designar a personas jóvenes en los equipos de negociación para futuras conversaciones sobre el clima.
Se presionó a los líderes para que hicieran más
Más allá de lo que se pudiera lograr en la COP27, existía un sentimiento más o menos generalizado de que, a pesar de décadas de reuniones y acuerdos históricos como el Acuerdo de París, el mundo todavía no estaba haciendo lo suficiente para frenar la crisis climática. En el Informe sobre la Brecha de Emisiones 2022 del PNUMA se llegó a la conclusión de que las políticas en vigor apuntan a un aumento de la temperatura de 2,8 °C para finales de siglo, cifra que podría tener consecuencias catastróficas para el planeta. La plena aplicación de las últimas promesas de reducir los gases de efecto invernadero podría contener este aumento a entre 1,8 y 2,1 °C, pero el informe señala que no una vía creíble para el objetivo de 1,5 °C. Para muchos asistentes a la Conferencia en Egipto, esos datos indican la necesidad de intensificar la acción climática.
"A medida que el mundo busca intensificar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, esfuerzos que todavía no son lo suficientemente considerables, se debe mejorar drásticamente las tácticas para adaptarse al cambio climático", afirmó Inger Andersen, Directora Ejecutiva del PNUMA.
Sobre la COP27
Siga las últimas actualizaciones de la COP27 por parte del PNUMA si desea obtener más información.
Para saber qué puede hacer a nivel individual o comunitario para combatir la crisis climática, visite: https://www.unep.org/interactives/things-you-can-do-climate-emergency/es/unep-act-now-speak-up.html