Swedish Coast Guard handout/Anadolou via AFP
15 Jan 2025 Reportaje Climate Action

Las explosiones de gasoductos liberaron una cantidad récord de metano, según estudio del PNUMA

Swedish Coast Guard handout/Anadolou via AFP

La ruptura de los gasoductos europeos Nord Stream hace más de dos años provocó la mayor liberación de metano registrada, un poderoso gas de efecto invernadero causado por el hombre, según un nuevo estudio coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Hasta 485.000 toneladas de metano se emitieron al medio ambiente desde la red de gasoductos tras una serie de explosiones bajo el mar Báltico en septiembre de 2022. Eso fue más del doble de lo que se pensaba anteriormente, reveló el estudio.

La fuga de Nord Stream ya era considerada como una de las mayores emisiones de metano causadas por el hombre de la historia. Sin embargo, el nuevo análisis del PNUMA, publicado en la revista Nature, revela por primera vez su verdadero alcance.

La fuga fue casi cinco veces más grande que el récord anterior del mundo, una liberación de la instalación de almacenamiento de gas natural de Aliso Canyon en Estados Unidos de América. A corto plazo, la fuga del Nord Stream contribuyó al calentamiento global en una cantidad de emisiones equivalentes a las que producirían 8 millones de automóviles en circulación durante un año, afirman especialistas.

"Esta liberación fue fuera de lo común en cuanto a su magnitud, pero es solo la punta del iceberg", aseguró Manfredi Caltagirone, jefe del Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO) dirigido por el PNUMA, que proporciona datos sobre las emisiones de metano. "A pesar de su enorme tamaño, las explosiones de Nord Stream representaron solo dos días de las emisiones de metano de la industria mundial del petróleo y el gas. Hay una enorme oportunidad para abordar esta contaminación, que está sobrealimentando la crisis climática".

El metano, a menudo un subproducto de la producción de petróleo y gas, causa alrededor de un tercio del calentamiento global. Si bien solo existe en la atmósfera durante aproximadamente una década, es más de 80 veces más efectivo para atrapar el calor que el gas de efecto invernadero más común del mundo, el dióxido de carbono.

Estudios anteriores estimaron la fuga de Nord Stream entre 75.000 y 230.000 toneladas. El análisis del PNUMA, coordinado por el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano, se basó en nueva información para ofrecer una visión más completa del desastre. Los investigadores utilizaron datos atmosféricos, imágenes satelitales y observaciones marinas, mediciones aéreas y estimaciones de ingeniería para medir cuánto metano se disolvió en el Mar Báltico y luego escapó a la atmósfera.

El análisis incluyó las únicas mediciones aéreas in situ recogidas de las explosiones, que fueron recopiladas por el Centro Aeroespacial Alemán y la Technische Universität Braunschweig, en Alemania.

Casi 70 científicos de 30 organizaciones de investigación participaron en el estudio. Concluyeron que el "rango plausible" de la fuga de Nord Stream estaba entre 445.000 y 485.000 toneladas.

"El trabajo del observatorio muestra que el uso de diferentes herramientas de observación y estimación es esencial para permitir la evaluación de la magnitud de las emisiones, un primer paso hacia la priorización de acciones para reducir las emisiones de metano", dijo Andrea Hinwood, científica jefe del PNUMA.

El estudio de Nord Stream es parte de un esfuerzo más amplio del PNUMA para ayudar al mundo a comprender y controlar las emisiones de metano. Otra parte de ese impulso es el Sistema de Alerta y Respuesta al Metano (MARS), que utiliza datos satelitales para trazar las principales emisiones de metano de las instalaciones de petróleo y gas. A continuación, el sistema notifica a los gobiernos y a las empresas sobre las fugas, lo que les permite responder.

Además de este sistema de alerta, la Alianza para la Reducción de las Emisiones de Metano Provenientes de la Producción de Petróleo y Gas 2.0 (OGMP) del PNUMA ayuda a las empresas de petróleo y gas a medir y reportar sus emisiones. Esto se considera esencial para gestionar las emisiones del sector de forma sistémica y dirigir los recursos hacia donde puedan tener el mayor impacto climático.

 

Las emisiones de metano están aumentando más rápido que en cualquier otro momento desde la década de 1980. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) ha pedido a los países que reduzcan las emisiones en al menos un 30% de aquí a 2030 para mantener vivo el objetivo del Acuerdo de París de limitar el aumento de la temperatura de la Tierra a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.

El lado positivo: debido a que el metano tiene una vida relativamente corta, la reducción de las emisiones puede tener un impacto rápido en el calentamiento global, afirmó Manfredi Caltagirone.

"Las explosiones de Nord Stream nos recuerdan la oportunidad climática inmediata que representa la reducción de las emisiones de metano en toda la industria del petróleo y el gas", agregó.

 

El PNUMA está a la vanguardia de los esfuerzos mundiales para reducir las emisiones de metano y limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 °C. El PNUMA trabaja a través de dos iniciativas, la Coalición por el Clima y el Aire Limpio (CCAC) y el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO), para cerrar la brecha entre los datos, las políticas y las acciones para reducir las emisiones de metano. Ambas iniciativas apoyan la implementación del Compromiso Mundial sobre el Metano.