Hace poco más de un año, Nidia Cely vio un autobús público de color verde brillante que circulaba por una calle de Bogotá (Colombia). Por aquel entonces, Nidia acababa de perder a causa del COVID-19 a su esposo con quien había convivido 17 años y luchaba por mantener a sus dos hijas adolescentes trabajando como transportista de envíos.
Sin embargo, ella vio esperanza en aquel autobús porque lo conducía una mujer, algo poco frecuente en Colombia. Nidia se enteró de que el vehículo lo gestionaba La Rolita, una empresa de transporte público de Bogotá cuya flota es totalmente eléctrica.
Unos 18 meses después, Nidia consiguió un puesto como conductora de uno de esos autobuses de color verde brillante, un puesto que sería su primer trabajo estable.
"Estoy muy contenta de estar en una gran empresa en la que me siento apoyada y confiada", comentó Nidia hace unas semanas. "Estoy agradecida por poder ofrecer ahora un futuro mejor a mis hijas".
Nidia es una de las 479 conductoras de autobús que trabajan para La Rolita, empresa que administra una flota de 195 autobuses. Una empresa pionera por dos razones: es una de las pocas empresas de transporte público totalmente eléctrico del mundo y ha priorizado la contratación de mujeres. Más del 50% de todo el personal de La Rolita y el 60% de sus conductores son mujeres.
La Rolita es, en muchos sentidos, una empresa modelo en un mundo que lucha a la vez contra la espiral de emisiones de gases de efecto invernadero y contra la desigualdad de género, señalan analistas.
"Aumentar la participación y el liderazgo de las mujeres en la movilidad eléctrica será fundamental para garantizar una transición sana, próspera y justa hacia la movilidad sostenible y la energía limpia", afirma Rob De Jong, Jefe de la Unidad de Movilidad Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
La organización está liderando un proyecto en Colombia destinado a hacer que el sistema de transporte público sea más inclusivo desde la perspectiva de género.
Industria de altas emisiones
El sector del transporte mundial es responsable del 15% de las emisiones de dióxido de carbono, un potente gas de efecto invernadero que está impulsando el cambio climático. Las emisiones de esta industria, que ascienden a 8,1 gigatoneladas anuales, crecen más rápido que las de cualquier otro sector y se duplicarán de aquí a 2050, en gran parte debido al aumento de las emisiones en el Sur Global.
Reducir esas emisiones se considera clave para contrarrestar el cambio climático. Cambiar a vehículos eléctricos, promover un mayor uso del transporte público y diseñar mejor las ciudades para que requieran menos desplazamientos, entre otras medidas políticas, podría reducir todas las emisiones del transporte en al menos un 50%.
En América Latina, cada vez son más las ciudades que le apuestan al transporte eléctrico. La región cuenta con 5.084 electrobuses, que constituyen alrededor del 6% de su flota de autobuses, según E-Bus Radar, una plataforma en línea que hace un seguimiento del uso de autobuses eléctricos. En Colombia, el 11% de los autobuses son eléctricos. Bogotá, la capital del país, cuenta con 1.485 autobuses eléctricos, según María Fernanda Ortiz, gerente de TransMilenio, el sistema de autobuses de tránsito rápido que da servicio a Bogotá y Soacha, una ciudad vecina.
En 2023, Colombia se unió a un novedoso proyecto lanzado por el PNUMA y el Ministerio Federal Alemán de Cooperación Económica y Desarrollo (GIZ). La iniciativa, que abarca seis países, está diseñada para garantizar un cambio hacia el transporte eléctrico que tenga en cuenta las cuestiones de género, cree puestos de trabajo para las mujeres y garantice que el transporte público satisfaga sus necesidades.
El énfasis de La Rolita en la contratación de mujeres ha cambiado la vida de Jessica Mosqueira. Se marchó de casa siendo adolescente, fue madre joven y luchó durante más de una década para llegar a fin de mes. Eso cambió cuando se unió a La Rolita y empezó a conducir uno de los autobuses de la empresa. En septiembre de 2023 recibió un certificado que acredita sus habilidades al volante, un reconocimiento que celebró con sus dos hijas y su extensa familia, con la que está empezando a reencontrarse.
"Había estado en un lugar oscuro", explica Jessica Mosqueira, que en un momento dado estuvo a punto de perder la custodia de sus hijas. "[Pero] ahora puedo ofrecer un futuro mejor a mis hijas y demostrarles que, en la vida, hay segundas oportunidades".
Maria Eugenia Silva, antigua camarera, se incorporó a La Rolita en 2022. Dice que ha encontrado un equilibrio ideal entre vida laboral y personal gracias a los horarios flexibles que la empresa ofrece a sus trabajadoras.
Maria Eugenia Silva asegura que los pasajeros también están contentos con la estrategia de diversidad de género de la empresa: "La gente valora ver a una mujer conduciendo los autobuses. Dicen que les saludamos con una sonrisa".
Fomento a la igualdad de género
A nivel mundial, las mujeres ocupan menos del 20% de los puestos de trabajo en el sector del transporte. Sin embargo, Colombia ha logrado avances en este ámbito.
"La igualdad de género es crucial para avanzar en la dimensión ambiental del desarrollo sostenible", señaló Juan Bello, Director del PNUMA para América Latina y el Caribe. "El desarrollo sostenible se logrará únicamente cuando todas las personas hagan oír su voz y tengan la oportunidad de contribuir plenamente a un mundo más verde y más justo".
Una parte fundamental del proyecto sobre diversidad de género respaldado por el PNUMA consiste en recopilar información sobre el grado de accesibilidad del tránsito para las mujeres, sus percepciones sobre la seguridad y el éxito de las políticas de transporte relacionadas con el género.
"Estos datos son cruciales para detectar y corregir las desigualdades a tiempo", afirmó Melissa Valencia Duque, investigadora de la Universidad Tecnológica Pereira de Colombia, que participa en el proyecto. "Si nos centramos en el acceso a los servicios y los derechos laborales, podemos fomentar una industria que crezca sin brechas de género convencionales".
La iniciativa forma parte del Programa Mundial de Movilidad Eléctrica, dirigido por el PNUMA, que ayuda a 60 países de renta baja y media en su transición al transporte eléctrico. El programa ha proporcionado más de 130 millones de dólares en subvenciones y otros préstamos a escala nacional, regional y mundial, como parte de un esfuerzo por impulsar la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles. Este cambio es especialmente importante en América Latina y el Caribe, región en la que el 40% de todas las emisiones de dióxido de carbono proceden del sector del transporte.
"La incorporación a gran escala de la movilidad eléctrica conllevará cambios sistémicos en la forma de planificar, dirigir y utilizar los sistemas de transporte, y brindará la oportunidad de integrar aspectos relativos a la inclusión de la perspectiva de género", afirmó De Jong, del PNUMA. "Esto brindará la oportunidad de aprovechar la transición para transformar las ciudades y pasar de sistemas de transporte centrados en el automóvil y en los hombres a sistemas de transporte accesibles y de cero emisiones".
Del 18 al 21 de marzo, Bogotá (Colombia) fue la sede de un evento para acelerar la adopción de la movilidad eléctrica en toda América Latina y el Caribe. El Foro Latinoamericano de Movilidad Eléctrica 2024 fue un esfuerzo de colaboración entre el Proyecto SOLUTIONSplus y la Plataforma Regional para América Latina y el Caribe de Apoyo e Inversión en Movilidad Eléctrica del PNUMA/Fondo para el Medio Ambiente Mundial. El evento reunió a aproximadamente 100 partes interesadas de la cadena de valor de la movilidad eléctrica, incluidos los de Antigua y Barbuda, Argentina, Chile, Costa Rica, Ecuador, Perú, Santa Lucía y Uruguay. El foro incluyó sesiones de formación presenciales, presentaciones de estudios de casos e información sobre experiencias y logros regionales en materia de movilidad eléctrica.
