En vísperas del Día Internacional de Conservación del Ecosistema de Manglares, el 26 de julio, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) destaca los beneficios de los manglares para el medio ambiente y las economías de países de todo el mundo.
Desde el ciclón Allen azotó Haití en 1980, los manglares de Cahouane, en la costa sur del país, han sido sobreexplotados y degradados. Para 2015, las especies de aves del manglar casi habían desaparecido debido a la caza, los árboles habían sido talados para la elaboración de carbón y las poblaciones de peces y mariscos se habían desplomado.
Pero en años recientes ha habido un cambio notable gracias a un proyecto que ha facilitado el retorno de aves, peces y crustáceos, incluidos patos, gallinetas, anguilas y renacuajos. La iniciativa fue financiada por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) entre 2017 y 2019, e implementada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y los ministerios de Medio Ambiente y Agricultura de Haití, junto a sus socios.
Con el apoyo del PNUMA y los socios locales, el Gobierno declaró nueve áreas marinas protegidas a lo largo de la costa sur, incluida La Cahouane, en 2013.
Los ecosistemas de manglar son importantes para regular los procesos naturales y mantener la diversidad biológica de las áreas costeras, de acuerdo con los expertos. Además de ser zonas de desove para los peces, mitigan el impacto de las marejadas ciclónicas y almacenan ingentes cantidades de carbono, el doble que los bosques tropicales, lo que contribuye a combatir el calentamiento global. En Haití son una fuente importante de alimento para las aves migratorias. Los locales también se benefician de la miel de manglar, que se conserva durante mucho tiempo y es rica en vitaminas.
Mejorando los medios de vida
Para reducir la sobreexplotación de los recursos naturales, el proyecto se centró en la creación de medios de vida sostenibles a través del desarrollo de la agrosilvicultura, la apicultura, el procesamiento de anacardos, la acuicultura y la pesca sostenible.
El objetivo fue promover la gestión ambiental y una mejora en las condiciones socioeconómicas mediante el aumento de las capacidades de la población local para desarrollar y hacer cumplir las normas sobre explotación de los recursos ambientales.
La participación activa de socios locales y miembros de la comunidad fue clave. Organizaciones no gubernamentales como Pêche Artisanale et Développement Intégré (PADI) y Organization pour la Réhabiliation de l'Environnement (ORE) tienen sus raíces en las comunidades, manejan una gran cantidad de conocimiento relevante y son reconocidas como agentes de desarrollo. El apoyo del gobierno local también fue muy importante.
"La Cahouane está sujeta a muchas amenazas ambientales y climáticas", dice Pierre Achille Jonas, facilitador técnico de PADI, quien trabaja en estrecha colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente de Haití.
“Las comunidades aprecian el apoyo brindado por los socios haitianos e internacionales en su búsqueda por aumentar la resiliencia. Los miembros de la comunidad están muy involucrados en estas iniciativas en curso, proporcionan información en tiempo real sobre los impactos y beneficios del proyecto y contribuyen de manera activa y colectiva al éxito de la iniciativa", añadió Jonas.
Participación activa de las mujeres
Entre 2018 y 2019, el proyecto creó conciencia sobre el valor de los manglares, estableció viveros y lotes de madera, realizó capacitaciones en plantaciones de manglares y proporcionó oportunidades de empleo a corto plazo para 1.392 personas, de las cuales 37% eran mujeres.
De julio a diciembre de 2019, de los 2.279 beneficiarios directos del proyecto, 51% eran mujeres. El aumento considerable en el número de mujeres en actividades de concienciación, rehabilitación ambiental y actividades económicas ha sido el principal impulsor del éxito del proyecto, de acuerdo con las autoridades.
"El proyecto se implementó en un contexto sociopolítico particularmente difícil y tuvo que enfrentar una serie de factores y desafíos internos y externos", dice Adamou Bouhari, quien coordinó este esfuerzo.
"El PNUMA y los socios locales gestionaron eficazmente los desafíos para garantizar la implementación del proyecto a tiempo, con una gestión eficiente de los recursos y sistemas adecuados de monitoreo y evaluación", agregó Bouhari.
El Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021–2030 concentrará apoyo político, investigación científica y músculo financiero en favor de la recuperación masiva de ecosistemas. Las actividades del decenio son lideradas por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, y aliados como la iniciativa Africa Restoration 100, el Foro Global sobre Paisajes y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.