El año pasado, durante meses, los bañistas de Florida se vieron acosados por marañas putrefactas de algas en descomposición que habían llegado a la orilla de las playas. Conocidas técnicamente como sargazo, estas gruesas aglomeraciones formaban parte de un cinturón de algas de 8.000 kilómetros de longitud en el océano Atlántico.
Las floraciones de sargazo causan una serie de problemas ambientales, entre ellos las "zonas muertas" costeras desprovistas de vida acuática. Los brotes de sargazo mencionados se han asociado con la liberación excesiva de fósforo y demás sustancias químicas conocidas como nutrientes.
El fósforo y otro nutriente, el nitrógeno, son ingredientes clave de los fertilizantes sintéticos. Se han hecho cada vez más populares en las últimas décadas, pero pueden tener efectos devastadores cuando entran en lagos, ríos y el océano.
En el sexto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (UNEA-6), el máximo órgano mundial de toma de decisiones en materia de medio ambiente, los delegados de los Estados miembros de la ONU debatirán cómo avanzar en la cooperación mundial en torno a los nutrientes. En concreto, está previsto que se estudien formas de frenar el exceso de fósforo en el medio ambiente sin comprometer los esfuerzos para acabar con el hambre. Esto se basa en el trabajo ya realizado por los Estados miembros a través de resoluciones que se han publicado en la UNEA con el objetivo de reducir la contaminación por nitrógeno.
"Reducir la contaminación por nutrientes y recuperar nutrientes, como el fósforo, para reutilizarlos es una solución beneficiosa tanto para el medio ambiente como para la salud humana", afirma Leticia Carvalho, jefa de la Subdivisión de Mares y Aguas Dulces del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). "Pero para tener éxito, necesitamos que los gobiernos, la comunidad científica, el sector privado y la sociedad civil aúnen esfuerzos".
En vísperas de los debates de la UNEA-6, presentamos a continuación múltiples datos sobre el uso del fósforo y cómo gestionar mejor este mineral.
¿Qué es el fósforo y cuáles son sus principales usos en la actualidad?
El fósforo fue descubierto hace más de 350 años, es un nutriente indispensable para el crecimiento de las plantas. Su uso principal es la fabricación de fertilizantes sintéticos para aumentar el rendimiento de los cultivos, por lo que es crucial para la seguridad alimentaria. El fósforo es un ingrediente clave en la alimentación animal y también se utiliza para producir acero, aditivos alimentarios, baterías de coches eléctricos, ciertos pesticidas y productos de limpieza doméstica.
Entonces, ¿las reservas de fósforo son limitadas?
Sí. La cantidad de fósforo en el mundo es finita y es necesario reducir la cantidad de mineral que extraemos. Esto puede lograrse haciendo más eficiente la extracción y el procesamiento del fósforo. Asimismo, es importante optimizar el uso del fósforo en la agricultura y recuperar el fósforo de los residuos.
¿De dónde procede la contaminación por fósforo?
La agricultura es una fuente importante de contaminación por fósforo, tanto por la producción de cultivos como por la cría de ganado. El fósforo también se pierde a través de las aguas residuales, los alimentos que se desechan y otros flujos de residuos.
¿Por qué es malo el exceso de fósforo?
El exceso de fósforo, al igual que el nitrógeno, otro nutriente esencial, agota la riqueza de los suelos. También contamina lagos, ríos y océanos en un proceso conocido como eutrofización. La eutrofización provoca la proliferación de algas que contaminan el suministro de agua potable y crean zonas muertas carentes de oxígeno que pueden matar a los peces y demás especies acuáticas. La contaminación por fósforo es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad y contribuye a la degradación de los ecosistemas de los que depende la humanidad. Se calcula que la eutrofización cuesta 2.200 millones de dólares anuales a la economía de los Estados Unidos de América, el costo mundial es aún mayor.
¿Está aumentando el índice de contaminación por fósforo?
Sí. A escala mundial, las pérdidas de fósforo de la tierra a las aguas dulces se han duplicado en el último siglo y siguen aumentando. A pesar de los esfuerzos a gran escala para reducir la contaminación por nutrientes, Carvalho afirmó que la liberación de fósforo ya está desbordando la capacidad del planeta para hacerle frente. Hasta el 80% de este mineral se pierde o desperdicia durante su uso. Además de las consecuencias medioambientales, esto cuesta a agricultores, industriales y otros unos 265.000 millones de dólares al año.
"Hace tiempo que cruzamos la línea roja de la contaminación por fósforo y los efectos sobre la Tierra han sido devastadores", afirma Leticia Carvalho. "Si la humanidad sigue por este camino, corremos el riesgo de comprometer una cantidad inimaginable de ecosistemas en todo el mundo".
¿Eso significa que la humanidad debe dejar de utilizar fósforo?
No. La clave es que el fósforo se utilice de forma más sostenible y evitar que se filtren cantidades excesivas en el medio ambiente. Existe la idea errónea de que cuanto más fertilizante a base de fósforo se utilice, más aumentará el rendimiento de los cultivos. Esto no es necesariamente cierto. La clave está en utilizar la cantidad adecuada, para que los cultivos sigan prosperando y el medio ambiente no siga sufriendo.
¿Cómo puede la humanidad utilizar el fósforo de forma más sostenible?
Los cambios en las prácticas agrícolas pueden ayudar a reducir la contaminación por fósforo. El uso de estiércol, por ejemplo, puede reducir la necesidad de fertilizantes a base de fósforo. Los agricultores también pueden plantar cultivos de cobertura y evitar labrar la tierra, lo que mejorará la salud del suelo y reducirá la necesidad de fertilizantes. Estas prácticas deberían formar parte de un cambio más amplio hacia la agricultura regenerativa, un enfoque de la agricultura más respetuoso con el planeta que mejora la salud del suelo y mantiene la biodiversidad.
Asimismo, los fertilizantes sintéticos sólo deben utilizarse en la fase en la que los cultivos necesitan más fósforo. El sector ganadero también debe explorar más maneras alternativas de recuperar el fósforo del estiércol.
Por último, las aguas residuales vierten al medio ambiente unos 3 millones de toneladas de fósforo al año en todo el mundo. Un tratamiento adecuado de las aguas residuales podría reducir al menos en un 80% su concentración de fósforo y nitrógeno.
Las soluciones requerirán innovación, no sólo tecnológica, sino también en la forma de trabajar. Requerirán la cooperación entre sectores que tradicionalmente no han trabajado juntos.
¿Cuánto tenemos que reducir la contaminación por fósforo?
Mucho. El informe Our Phosphorus Future (“Nuestro futuro fosfórico”) aboga por que se cumplan dos metas de aquí a 2050: una reducción del 50% de la contaminación mundial por fósforo, junto con un aumento del 50% reciclado del fósforo que se pierde en residuos y aguas residuales. Según el informe, esto reforzaría la seguridad alimentaria y mejoraría la calidad del agua, entre otros muchos beneficios.
¿Qué hace el PNUMA para combatir la contaminación por fósforo?
El PNUMA lidera la Alianza Mundial sobre la Gestión de Nutrientes, creada en 2009. Promueve la gestión eficaz de los nutrientes, en particular del nitrógeno y el fósforo, tanto para lograr la seguridad alimentaria como para proteger el medio ambiente.
Los esfuerzos del PNUMA por controlar las consecuencias medioambientales del fósforo se enmarcan en un esfuerzo mundial más amplio por frenar la contaminación, que recibió un impulso el año pasado con el histórico Marco Mundial sobre los Productos Químicos. A partir de 28 objetivos, el marco establece una hoja de ruta para proteger a las personas y al planeta de los productos químicos y desechos nocivos. El PNUMA gestionará un fondo fiduciario que ayudará a aplicar el acuerdo.
Como principal autoridad mundial en materia de medio ambiente, el PNUMA también está ayudando a los países a aplicar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, incluida la Meta 7, que aborda el fósforo. El marco exige una reducción del 50% del exceso de nutrientes perdidos en el medio ambiente para 2030 y que el riesgo de los plaguicidas se reduzca al menos a la mitad.
El sexto período de sesiones de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente (UNEA-6) se celebrará del 26 de febrero al 1 de marzo de 2024 en la sede del PNUMA en Nairobi (Kenya), bajo el tema: Medidas multilaterales eficaces, inclusivas y sostenibles para hacer frente al cambio climático, la pérdida de diversidad biológica y la contaminación. A través de sus resoluciones y llamamientos a la acción, la Asamblea proporciona liderazgo y cataliza la acción intergubernamental en materia de medio ambiente.