El Gobierno de Chile y las organizaciones Tompkins Conservation y The Pew Charitable Trusts anunciaron la creación de un fondo público-privado para garantizar la protección futura de la Patagonia chilena. Esta medida para salvaguardar uno de los últimos lugares silvestres de la Tierra podría revolucionar el mundo de la conservación.
La Patagonia es una vasta región escasamente poblada ubicada en el extremo sur de América del Sur, compartida por Chile y Argentina. Los servicios ecosistémicos de este entorno único, caracterizado por fiordos, glaciares, grandes bosques, numerosos cursos de aguas, estepas y pastizales, tienen un importante potencial.
El acuerdo para crear el fondo público-privado, anunciado el pasado 10 de mayo, aborda la urgente necesidad de proteger la biodiversidad y revertir su declive mundial, uno de los principales llamados de la última evaluación global de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
El fondo “Ruta de los Parques: Protección eterna para la Patagonia” responde a las necesidades más apremiantes de la región. Incluyen fondos esenciales para infraestructura, senderos y gestión de los parques nacionales, el desarrollo económico de las comunidades de entrada y la conservación a largo plazo.
“Esta es una alianza estratégica y con un sentido muy moral para proteger nuestros parques, para ampliar nuestros parques, y esto no es solamente por respeto a la naturaleza, sino que también un respeto por nuestros hijos, nuestros nietos y los que vendrán”, dijo el presidente Sebastián Piñera.
La financiación constante es vital
El acuerdo de financiación permitirá la implementación de vías responsables y efectivas para garantizar el cuidado de la naturaleza, lo cual coincide con la conclusión de IPBES de que “los resultados exitosos de conservación dependen de la gobernabilidad adaptativa, el financiamiento sostenido, el compromiso social sólido, los mecanismos efectivos y equitativos de la distribución de beneficios, así como el monitoreo y cumplimiento de reglas”.
“El proyecto chileno es único en el sentido de que propone prestar la misma atención a los beneficios de la comunidad y a la mejora en la protección de la naturaleza. Las contribuciones privadas complementarán los aumentos en la inversión pública en gestión de parques hasta que el Gobierno asuma la responsabilidad fiscal total, a través de fuentes de ingresos como el turismo", dijo Francisco Solís, de The Pew Charitable Trusts.
El proyecto es una respuesta al desafío de financiar y administrar un sistema de áreas protegidas que creció drásticamente luego de la donación de tierras de Tompkins Conservation, la cual permitió crear siete nuevos parques nacionales y expandir otros tres en la Patagonia chilena. En total, la fundación donó más de 526.000 hectáreas.
Para Kristine Tompkins, presidenta de Tompkins Conservation y embajadora de Áreas Protegidas de ONU Medio Ambiente, con este acuerdo, Chile da pasos agigantados en materia de conservación.
"Consideramos que este fondo es una piedra angular de nuestro compromiso con este país tras la donación (de tierras). Estamos ayudando a conservar uno de los rincones más prístinos del planeta", dijo.
El 26 de abril de 2019, Tompkins Conservation entregó los parques Pumalín y Patagonia al Estado chileno. Los parques cuentan con senderos para caminatas de clase mundial, abundante vida silvestre y paisajes que van desde bosques templados hasta cascadas, volcanes y estepas.
El Parque Nacional Pumalín Douglas Tompkins alberga una fauna poco común como el pudú (un pequeño venado), la rana de Darwin y el único marsupial de Chile, el monito del monte. El Parque Nacional Patagonia es el hogar del cóndor andino, el guanaco (un camélido sudamericano) y de numerosas especies amenazadas y en peligro de extinción, como el huemul, un ciervo del sur de los Andes.
Al elevar sus parques a un estándar internacional, Chile está preparado para cosechar mayores beneficios del turismo. En la última década, las visitas casi se han duplicado y el número de visitantes creció 20% solo en el último año.
Pero la creciente popularidad del ecoturismo viene con desafíos. La evaluación de IPBES señala que una mayor demanda de turismo basado en la naturaleza ha traído “efectos mixtos sobre la naturaleza y las comunidades locales, incluidas algunas posibles contribuciones a la conservación local, en particular cuando se lleva a cabo a escalas más pequeñas".
Una victoria para la biodiversidad
Actualmente, solo la mitad del planeta permanece en una condición natural capaz de sostener los ecosistemas en funcionamiento. Los parques nacionales y áreas protegidas se han convertido en nuestra mejor defensa contra la degradación y la crisis climática.
La evaluación de IPBES no solo llama a crear nuevas zonas, sino a mejorar la conservación en las existentes. "La expansión y gestión eficaz de la red actual de áreas protegidas, incluidas las terrestres, de agua dulce y marina, es esencial para salvaguardar la biodiversidad, en particular en el contexto del cambio climático", indica.
El financiamiento de grandes zonas para la conservación también es un beneficio para la biodiversidad. El estudio encontró que la inversión entre 1996 y 2008 redujo el riesgo de extinción para los mamíferos y aves en 109 países, en un promedio de 29% por nación.
Para obtener más información, comuníquese con Carolyn McCarthy, Coordinadora de Comunicaciones Globales de Tompkins Conservation