La comunidad científica nunca antes había coincidido tanto ni se había mostrado tan decidida sobre la necesidad de una transformación mundial urgente hacia el uso sostenible de los recursos. Esta edición 2024 de Panorama de los Recursos Globales arroja luz sobre cómo los recursos son esenciales para la aplicación eficaz de la Agenda 2030 y de los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente (AMUMA) para hacer frente a la triple crisis planetaria. El informe reúne los mejores datos, modelos y evaluaciones disponibles para analizar las tendencias, las repercusiones y los efectos distributivos del uso de los recursos. Se basa en más de 15 años de trabajo del Panel Internacional de Recursos, incluidas las evaluaciones científicas y las aportaciones de los países, una amplia red de partes interesadas sobre el terreno y expertos regionales.
El informe ilustra cómo, desde su edición de 2019, se han mantenido o acelerado las tendencias al alza en el uso mundial de los recursos. El informe también muestra cómo se espera que la demanda de recursos siga aumentando en las próximas décadas. Esto significa que, sin una acción urgente y concertada, para 2060 la extracción de recursos podría aumentar en un 60% con respecto a los niveles de 2020, lo que provocaría daños y riesgos cada vez mayores.
Sin embargo, este destino no está sellado. El informe también describe el potencial para invertir las tendencias negativas y situar a la humanidad en una trayectoria hacia la sostenibilidad.
Para ello, es fundamental una actuación política audaz que elimine gradualmente las actividades insostenibles, acelere formas responsables e innovadoras de satisfacer las necesidades humanas y cree condiciones propicias para la aceptación social y la equidad en las transiciones necesarias. Esto incluye medidas urgentes para tener en cuenta el uso de los recursos en el cumplimiento de los acuerdos multilaterales sobre medio ambiente, definir soluciones alternativas para el uso sostenible de los recursos y poner en marcha incentivos financieros, comerciales y económicos adecuados. El camino hacia la sostenibilidad es cada vez más empinado y estrecho, y la ventana de oportunidad se está cerrando. La ciencia es clara: la cuestión clave ya no es si es necesaria una transformación hacia el consumo y la producción sostenibles de recursos a escala mundial, sino cómo hacerla realidad ahora. Abordar esta realidad, basándose en conceptos evolutivos de una transición justa, es una parte esencial de cualquier camino creíble y justificable hacia el futuro.