El informe concluye que los últimos diez años han sido, en cierto modo, una década perdida para la acción por el clima. Las emisiones de gases de efecto invernadero no han hecho más que crecer, y ahora urge que se concreten reducciones de emisiones con mayor rapidez y de mayor magnitud. La ambición climática debe quintuplicarse como mínimo para alcanzar el objetivo de 1,5 ºC del Acuerdo de París. Sin embargo, en el informe se constata que en la última década se han producido enormes progresos en el apoyo político y social a la acción por el clima, así como en las vías de acción tecnológicas y económicas para llevarla a cabo.
Con las políticas actuales, el mundo se encamina hacia un aumento de la temperatura de más de 3 °C, pero nunca ha habido tantas oportunidades como ahora para que los países incrementen sus medidas hasta los niveles necesarios con el fin de evitar los peores efectos del cambio climático a corto y largo plazo.