Por Arvind Kumar, Presidente de la Fundación Agua de la India
El máximo tribunal del estado de Uttarakhand, al norte de India, hizo historia en marzo de este año cuando reconoció a los ríos Ganges y Yamuna como una entidad viviente "con todos los derechos correspondientes, los deberes y las responsabilidades de una persona".
Ambos ríos están altamente contaminados. Cada día, se calcula que más de mil millones de galones de residuos procedentes de alcantarillas, curtidurías de cuero, inodoros y otros lugares acaban en el Ganges. El Yamuna, su principal afluente, ha sido contaminado con aguas residuales y desechos industriales y está estancado en algunos lugares. Los expertos dicen que la mayoría de las plantas de tratamiento de aguas residuales cerca de los ríos no están funcionando como deberían.
Los escépticos apuntan que la decisión del tribunal superior no puede detener la descarga de los desechos en el Ganges y Yamuna inmediatamente. Incluso la ambiciosa campaña de limpieza del Primer Ministro de India, Narendra Modi, llamada “Namami Gange” (Pleitesía al Ganges), ha tenido un éxito contradictorio. Las afirmaciones de que la contaminación industrial se ha disminuido en una tercera parte desde su lanzamiento son cuestionadas por informes de los medios en el terreno. Algunos expertos han atribuido el fracaso de las campañas oficiales a la negligencia de la gestión de las cuencas fluviales, la falta de gobernanza de los recursos hídricos y la carencia de participación de las comunidades.
La restauración del río Rin en Europa, que tiene la mitad de la longitud del Ganges, tomó casi tres décadas y según consta tuvo un costo de US$ 45 mil millones. Sin embargo, el presupuesto para “Namami Gange” ha sido de aproximadamente US$ 3 mil millones en cinco años y el dinero asignado desde 2014 se ha gastado sólo parcialmente.
Los activistas ambientales señalan que anunciar que el Ganges y el Yamuna son una entidad viviente no es suficiente para salvarlos. Los funcionarios, contaminadores y ciudadanos deben actuar en conjunto para limpiar los ríos y detener la polución.
La experiencia en el terreno de la Fundación Agua de la India (India Water Foundation) ha revelado una extrema necesidad de fortalecer la capacidad de todas las partes involucradas para mantener al río libre de contaminación. Además, se requiere un cambio en las actitudes culturales que han sostenido por mucho tiempo que el Ganges tiene propiedades auto-purificadoras.
Río Ganges
Muchos ambientalistas y expertos legales también afirman que tanto el gobierno central como los estados a través de los cuales fluyen los ríos, han promulgado leyes para hacer frente a la contaminación. Cuestionan, sin embargo, la manera en la que el fallo judicial pueda resolver el problema y se plantean la interrogante de si ambos ríos han sufrido por falta de protección legal o por falta de capacidad para iniciar acciones contra los contaminadores. Además, recalcan la necesidad de examinar si la corte superior, al nombrar guardianes para demandar a los contaminadores en nombre de los ríos, ha autorizado involuntariamente a las víctimas de contaminación y otros daños a demandar a cambio de indemnización.
Por otra parte, algunos expertos legales dicen que la sentencia tuvo poca visión al conceder la tutela de los ríos sólo al estado de Uttarakhand, ignorando los intereses de otros estados a través de los cuales fluyen esos cuerpos de agua.
Los 2.525 km del Ganges también pasan por Uttar Pradesh, Bihar, Jharkhand y Bengala Occidental, y sólo 96 km atraviesan Uttarakhand, y una pequeña parte de los 1.376 km de Yamuna - que también incluyen a Haryana, Himachal Pradesh, Delhi y Uttar Pradesh - está en el estado de Uttarakhand.
A pesar del escepticismo sobre su impacto, la decisión de la corte superior refleja una sensación de urgencia en el esfuerzo por rescatar dos ríos muy importantes de la contaminación desenfrenada. La medida constituye una oportunidad para sentar las bases de una legislación progresista y democrática que reconozca que los ríos deben ser vistos holísticamente en lugar de considerarse propiedad o ser gestionados en partes por diferentes organismos, y debe haber una representación y participación democrática de las comunidades cuyas vidas están vinculadas con los ríos.
Por lo tanto, hay una coyuntura que deben aprovechar todas las partes interesadas para impulsar un diálogo más profundo y amplio, y para que una legislación apropiada transforme el desafío de la contaminación en una ocasión para restaurar la gloria prístina de estos y otros ríos.
Este artículo fue publicado originalmente en la revista Our Planet.