Photo by AFP/Joaquin Sarmiento
09 Oct 2024 Reportaje Nature Action

Ciudades colombianas reverdecen su tejido urbano para contrarrestar el cambio climático

Photo by AFP/Joaquin Sarmiento

Barranquilla se encuentra en la costa del Mar Caribe de Colombia, rodeada de humedales y bosques tropicales. Si bien la ubicación es idílica, también es peligrosa: la ciudad de 1,3 millones de habitantes está expuesta a los peligrosos huracanes que habitualmente azotan el Caribe.

Para protegerse de esas tempestades, Barranquilla ha lanzado un ambicioso esfuerzo para restaurar los pantanos, vías fluviales y espacios verdes que rodean la ciudad. Las autoridades esperan que el trabajo, apoyado en parte por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), cree un sistema natural de amortiguación contra los fuertes vientos y las marejadas oceánicas.

Barranquilla es una de varias ciudades colombianas que, en los últimos años, han reincorporado la naturaleza a su tejido urbano. Este proceso, conocido como restauración de los ecosistemas, se considera clave para adaptarse al cambio climático y, al mismo tiempo, ayudar a las ciudades a hacer frente a otras amenazas ambientales, como la pérdida de naturaleza.

«El clima está cambiando y, a menos que las ciudades se adapten, muchas se enfrentarán a un futuro sombrío marcado por fenómenos meteorológicos extremos», afirmó Mirey Atallah, Jefa de la Subdivisión de Adaptación y Resiliencia del PNUMA. «La buena noticia es que las ciudades tienen un poderoso aliado en el proceso de adaptación: la naturaleza», agregó.

Las zonas urbanas albergan a más de la mitad de la población mundial. Y si las tendencias actuales se mantienen, para 2050, dos tercios de la población mundial vivirán en ciudades.

Sin embargo, las zonas urbanas están sometidas a una presión cada vez mayor por el cambio climático, que en muchos lugares está haciendo que las olas de calor, las inundaciones y otros desastres sean más frecuentes y graves. Por tal motivo, 124 alcaldes y gobernadores de todo el mundo se dirigen a Cali, Colombia, para la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP16) a finales de este mes. Estos líderes abordarán cómo la restauración de los ecosistemas urbanos puede amortiguar el impacto del cambio climático y, al mismo tiempo, mejorar la biodiversidad, que está en fuerte declive en muchas ciudades y sus alrededores.

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Un halcón vuela a través de un espacio verde en Cali, Colombia, donde las autoridades de la ciudad han lanzado un esfuerzo para recuperar la naturaleza. Foto AFP/Joaquín Sarmiento

En la COP16, los mandatarios debatirán también sobre cómo implementar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, un acuerdo histórico diseñado para salvaguardar y restaurar la naturaleza. El marco incluye una meta de planificación urbana inclusiva de la biodiversidad, lo que alienta a los gobiernos locales y nacionales a adoptar un enfoque de toda la sociedad y dejar espacio para que la naturaleza mejore la calidad de vida de los ciudadanos y reduzca la huella ambiental de las ciudades.

Los hallazgos del PNUMA indican que los ecosistemas urbanos que funcionan bien ayudan a reducir las temperaturas, protegen a los residentes de los desastres, limpian el agua y crean un espacio natural para que la biodiversidad prospere, entre otros muchos beneficios.

Las ciudades colombianas están demostrando cómo lograrlo.

Con el apoyo del proyecto Ciudades de la Generación Restauración del PNUMA, Barranquilla está restaurando el contaminado arroyo León, que atraviesa el corazón de la ciudad. Las autoridades esperan revivir el arroyo, que había estado descuidado durante dos décadas, con la ayuda de las comunidades que viven a lo largo de sus orillas.

Barranquilla también está reviviendo 600 hectáreas de la ciénaga mallorquina, que separa la ciudad del mar, creando una barrera contra las marejadas ciclónicas y el aumento del nivel del mar. Este esfuerzo incluye la plantación de 250.000 árboles, la mayoría de ellos manglares, y la creación de más de 200.000 metros cuadrados de espacio público.

Asimismo, Barranquilla está restaurando el Gran Malecón a lo largo del río Magdalena, una estructura de 5 km de largo salpicada de espacios verdes que fue diseñada para protegerse de las inundaciones.

«Barranquilla ha asumido el reto de restaurar sus ecosistemas urbanos para mejorar la calidad de vida de nuestra gente», aseguró el alcalde de Barranquilla, Alejandro Char.

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La ciudad de Barranquilla, Colombia, ha restaurado 600 hectáreas de la ciénaga mallorquina, convirtiendo parte de ella en un parque. Foto AFP/Juan Barreto

Medellín, la segunda ciudad más grande de Colombia, ha plantado más de mil árboles de 215 especies nativas a lo largo de las carreteras y vías fluviales de la ciudad, convirtiéndolos en corredores verdes que unen los espacios naturales de la ciudad y contribuyen a la resiliencia del ecosistema. Esto está ayudando a mejorar la calidad del aire y a reducir las temperaturas hasta en 4 °C en algunas zonas, según estudios de caso. Esto se considera importante porque las ciudades sufren lo que se conoce como el efecto isla de calor, que las hace más cálidas que el campo circundante.

Cali, sede de la COP16 y ubicada en la biodiversa región del Valle del Cauca, también está implementando soluciones basadas en la naturaleza. Atravesada por 10 ríos, la ciudad de Cali cuenta con 12 parques biodiversos y 61 humedales, hogar de casi 600 especies de aves.

Una de las iniciativas clave de Cali es el Pacto por la Vida Silvestre, que tiene como objetivo frenar el tráfico ilegal de vida silvestre y evitar la propiedad de especies exóticas. Otros proyectos incluyen la Plataforma de Monitoreo de Vida Silvestre, un sistema de acceso abierto basado en la ciencia para ayudar a las autoridades a controlar las especies invasoras.

Las zonas urbanas tienen un impacto desproporcionado en la naturaleza y la pérdida de biodiversidad, y el cambio climático señaló un informe de 2021 del PNUMA. Representan al menos el 60% de las emisiones de dióxido de carbono que calientan el planeta y el 75% del uso de recursos, mientras que producen alrededor del 60% de los desechos mundiales.

Dado su enorme impacto, las áreas urbanas son clave para resolver muchos de los problemas ambientales del mundo, dicen los observadores.

"Las ciudades contribuyen y son víctimas de la degradación ambiental, pero también son centros de innovación y liderazgo", añadió la señora Atallah del PNUMA. "A medida que nos acercamos a la COP16, es imperativo que reconozcamos el papel fundamental que las ciudades pueden desempeñar en la configuración de un futuro sostenible para todos".

 

El proyecto Generación Restauración del PNUMA, financiado por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania (BMZ), se centra en la ampliación de la restauración de los ecosistemas urbanos. El PNUMA, en colaboración con el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas y el Centro Mundial de Biodiversidad de ICLEI, está trabajando con 23 ciudades para abordar los principales desafíos políticos, técnicos y financieros. El proyecto tiene dos componentes clave: abogar por la inversión pública y privada en la restauración de ecosistemas y la creación de empleo a través de soluciones basadas en la naturaleza, y empoderar a las partes interesadas de las ciudades a nivel mundial para replicar y escalar las iniciativas de restauración.

Acerca del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas

La Asamblea General de las Naciones Unidas ha declarado el período 2021-2030 Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas. Liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, junto con el apoyo de socios, está diseñado para prevenir, detener y revertir la pérdida y degradación de los ecosistemas en todo el mundo. Su objetivo es revivir miles de millones de hectáreas, cubriendo ecosistemas terrestres y acuáticos. El Decenio de las Naciones Unidas, un llamamiento mundial a la acción, reúne apoyo político, investigación científica y fuerza financiera para ampliar masivamente la restauración.

El planeta está experimentando un peligroso declive de la naturaleza. Un millón de especies están amenazadas de extinción, la salud del suelo está disminuyendo y las fuentes de agua se están secando. El Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal establece objetivos mundiales para detener y revertir la pérdida de naturaleza para 2030. Fue adoptado por los líderes mundiales en diciembre de 2022. Para hacer frente a los factores que impulsan la crisis de la naturaleza, el PNUMA está trabajando con sus asociados para tomar medidas en los paisajes terrestres y marinos, transformar nuestros sistemas alimentarios y cerrar la brecha de financiación en favor de la naturaleza.