El 18 de junio es el Día de la Gastronomía Sostenible, una celebración internacional de las cocinas locales que se producen de maneras respetuosas con el medio ambiente y, además, generan muy pocos desperdicios. Esa última parte es cada vez más importante. Un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) encontró que el mundo es presa de una epidemia de desperdicio de alimentos. En 2019, los consumidores tiraron casi 1.000 millones de toneladas de alimentos, o 17% de todo lo que compraron.
Eso es profundamente problemático en un mundo donde 690 millones de personas estaban desnutridas en 2019, un número que se espera que aumente drásticamente como consecuencia a de la pandemia de COVID-19. También es malo para el planeta. Alrededor de 10% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero provienen de la producción de alimentos que finalmente se desechan.
El PNUMA se reunió recientemente con dos de los autores del Informe del índice de desperdicio de alimentos de 2021: Clementine O’Connor, experta en sistemas alimentarios del PNUMA, y Tom Quested, analista de la organización sin fines de lucro WRAP. Hablaron sobre lo que el mundo puede hacer para acabar con el problema del desperdicio de alimentos.
PNUMA: ¿Cuáles son las principales conclusiones del informe del Índice de desperdicio de alimentos de 2021?
Tom Quested: Se desperdicia 17% de todos los alimentos disponibles para el consumo humano, una proporción impactante. Basta con imaginarse 23 millones de camiones de 40 toneladas completamente cargados: si se pegara uno tras otro, podrían rodear la Tierra siete veces. A eso nos referimos. El informe estima que, en 2019, 61% del desperdicio de alimentos fue generado por los hogares, 26% por los servicios alimentarios y 13% por el comercio minorista.
PNUMA: ¿Por qué es importante el desperdicio de alimentos?
Clementine O’Connor: Incluso antes de la COVID-19, alrededor de 690 millones de personas en el mundo estaban desnutridas. 3.000 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable. Los alimentos no consumidos son un derroche de energía y recursos que podrían aprovecharse mejor. Reducir el desperdicio de alimentos en el comercio minorista, los servicios alimentarios y los hogares puede brindar beneficios multifacéticos para las personas y el planeta. Hasta ahora, la mayor parte de las oportunidades que puede ofrecer la reducción del desperdicio de alimentos no han sido exploradas ni aprovechadas.
PNUMA: ¿Se trata de un problema del mundo rico o está más extendido?
O’Connor: Un hallazgo importante del estudio es que el desperdicio de alimentos per cápita en los hogares es muy similar entre los distintos grupos de países según sus ingresos (como los define el Banco Mundial), lo que sugiere que la acción sobre el desperdicio de alimentos es igualmente relevante en los países de ingresos altos y medianos. Esto rompe significativamente con la narrativa de la década anterior de que el desperdicio de alimentos en el hogar es un problema de los países ricos, y subraya la necesidad de que los países de ingresos medianos evalúen las líneas de base y desarrollen estrategias nacionales de prevención del desperdicio de alimentos. Para brindar apoyo técnico a los países, el PNUMA está lanzando grupos de trabajo regionales sobre el desperdicio de alimentos en las regiones de América Latina y el Caribe, África, Asia occidental y Asia-Pacífico.
PNUMA: ¿Cuáles son las principales lagunas de datos?
Quested: La mayoría de los gobiernos en todo el mundo aún no han recopilado datos lo suficientemente sólidos como para justificar la acción. En el caso de los datos para rastrear las tendencias en el desperdicio de alimentos a lo largo del tiempo, el problema es aún más grave. Sin embargo, ha habido un número creciente de estimaciones nacionales de desperdicio de alimentos en los últimos años. Entre las áreas con mayor cobertura de datos se cuentan Europa, América del Norte y Australia y Nueva Zelanda. Por el contrario, África del Norte, Asia Central, Melanesia, Micronesia, Polinesia y el Caribe no tienen estimaciones disponibles. Los datos de los sectores de minoristas y de servicios alimentarios también son mucho más limitados que los de los hogares. Dado que la medición es un paso inicial indispensable para tomar medidas sobre este tema, es necesario priorizarla.
Se desperdicia 17% de todos los alimentos disponibles para el consumo humano, una proporción impactante.
PNUMA: ¿Cuál es la diferencia entre el desperdicio de alimentos y la pérdida de alimentos?
O’Connor: La pérdida de alimentos ocurre a lo largo de la cadena de suministro de alimentos, desde la cosecha hasta el nivel minorista, pero sin incluirlo. El desperdicio de alimentos se produce al nivel de los minoristas, los servicios alimentarios y el consumo.
PNUMA: ¿Cómo socava el desperdicio de alimentos el desarrollo sostenible?
Quested: El desperdicio de alimentos genera todos los impactos ambientales de la producción de alimentos (uso intensivo y contaminación de la tierra y los recursos hídricos, exacerbación de la pérdida de biodiversidad, emisiones de gases de efecto invernadero) sin ninguno de los beneficios de alimentar a las personas. El desperdicio de alimentos, por lo tanto, socava el desarrollo sostenible. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 12, Meta 12.3, tiene como objetivo reducir a la mitad el desperdicio mundial de alimentos per cápita a nivel de los minoristas y del consumo y reducir las pérdidas de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro, incluidas las pérdidas posteriores a la cosecha, para 2030.
PNUMA: ¿Por qué debería cada uno de nosotros reducir el desperdicio de alimentos? ¿Cómo podemos empezar?
O’Connor: Reducir el desperdicio de alimentos en el hogar es una de las formas más fáciles de reducir el impacto climático a nivel individual. Comemos —y tomamos decisiones sobre los alimentos— al menos tres veces al día. Algunas formas sencillas de comenzar:
Compra solo lo que necesites: revisa tu refrigerador antes de comprar alimentos (o ve agregando a tu carrito de compras en línea los alimentos que te hagan falta) para evitar compras impulsivas. Si puedes, compra alimentos frescos con regularidad y resúrtelos cuando sea necesario, en lugar de tratar de obtener cantidades precisas en una tienda a granel.
Usa lo que compres: obtén el tamaño correcto de las porciones usando una medida de una taza para arroz, cuscús o pasta. Cocina creativamente con las sobras: muchas recetas son lo suficientemente flexibles como para absorber las verduras marchitas en el fondo de tu refrigerador. La mayoría de las sobras pueden usarse en un taco, un sándwich, un curry, una frittata o una salsa para pasta, y transformarse con una salsa o condimento. Los chefs tienen cada vez más en cuenta la prevención del desperdicio de alimentos cuando comparten nuevas recetas. Haz un buen uso de tu congelador: los alimentos pueden congelarse hasta su fecha de caducidad o si todavía se ven apetitosos, en caso de no tener fecha. Cuando regreses a un restaurante, estarás del lado correcto de la historia cuando pidas una porción más pequeña o una bolsa para llevar, así que no dudes en hacerlo.
¿Cómo harán un seguimiento del progreso?
O’Connor: Los datos sobre el desperdicio de alimentos en relación con la Meta 12.3 se recopilarán utilizando el Cuestionario sobre estadísticas ambientales de la División de Estadística de las Naciones Unidas y el PNUMA. El cuestionario se enviará cada dos años a las Oficinas Nacionales de Estadística y los ministerios de Medio Ambiente, que designarán un único punto focal para el desperdicio de alimentos en el país con el fin de coordinar la recopilación de datos y la presentación de informes. Los datos se pondrán a disposición del público en la Base de datos mundial de los ODS y en el Informe del índice de desperdicio de alimentos del PNUMA, que se publicará a intervalos regulares hasta 2030. El próximo cuestionario se enviará a los Estados miembros en septiembre de 2022, y los resultados se integrarán en la base de datos mundial de los ODS para febrero de 2023.
El informe sobre el índice de desperdicio de alimentos del PNUMA fue publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) con el apoyo de WRAP, una organización no gubernamental que trabaja para garantizar que los recursos naturales del mundo se utilicen de manera sostenible. Como custodio del indicador de la Meta 12.3 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible sobre la pérdida y el desperdicio de alimentos, el PNUMA elaboró el índice para ayudar a los países a realizar un seguimiento del progreso. El trabajo forma parte de los esfuerzos mundiales del PNUMA para fomentar el consumo y la producción sostenibles de alimentos y contribuye a la Iniciativa básica sobre pérdida y desperdicio de alimentos del Programa de sistemas alimentarios sostenibles de One Planet Network. La campaña pública de larga data del PNUMA sobre el desperdicio de alimentos, Think Eat Save, publica una guía para los programas de prevención del desperdicio de alimentos para países y empresas.