Mientras el sol se levanta sobre las colinas de Kigali, la conductora de taxis Imigambi Jouyese pone en marcha su motocicleta eléctrica de color rojo brillante. Esta madre de cuatro hijos, de 34 años, pasará las siguientes horas transportando pasajeros a través de la capital de Ruanda en una moto casi silenciosa y sin emisiones de escape.
Jouyese, quien compró la moto a través de un proyecto apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), es parte de una escena poco común en Ruanda, donde solo el 4 por ciento de los trabajadores del transporte del país son mujeres.
“[La moto] es silenciosa, económica y mucho más barata que las motos de gasolina”, dice Jouyese, quien estuvo desempleada durante siete meses antes de convertirse en conductora de taxi. “Y saber que estoy ayudando a reducir las emisiones de carbono me hace sentir orgullosa de montar esta moto”.
Jouyese es una de las mujeres de todo el mundo, cifra que va en aumento, que han encontrado trabajo en el sector de transporte eléctrico. Un sectir que ha mostrado un rápido crecimiento gracias a un proyecto innovador apoyado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El esfuerzo financiado por la Unión Europea, denominado SolutionsPlus, ha ayudado a acelerar el despliegue de vehículos eléctricos en nueve ciudades, desde Kigali hasta Quito, Ecuador. Muchos de estos proyectos piloto, que sus patrocinadores llaman living labs, han enfatizado la importancia de crear oportunidades económicas para las mujeres.
Esto ha ayudado a poner a conductoras como Jouyese al frente del movimiento de vehículos eléctricos, el cual, según los expertos, podría transformar la movilidad urbana en el Sur Global y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que impulsan el cambio climático.

“La movilidad sostenible se trata de reducir las emisiones, sí”, dice Rob de Jong, Jefe de la Unidad de Movilidad Sostenible del PNUMA. “Pero también se trata de crear oportunidades, empoderar a las comunidades y repensar nuestras ciudades”.
Se estima que hay 570 millones de vehículos de dos y tres ruedas en las carreteras de África, Asia y América Latina. La mayoría de estos vehículos tienen motores de combustión interna. Consumen hasta el 20 por ciento de todos los combustibles líquidos utilizados para el transporte en países fuera de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, lo que los convierte en una fuente importante de contaminación del aire y gases de efecto invernadero que alteran el clima.
Pero en algunos lugares, la tendencia está virando hacia los vehículos eléctricos.
En el centro histórico de Quito, una flota de vehículos eléctricos de entrega, que incluyen bicicletas, minibuses y cuadriciclos, transporta paquetes como parte del proyecto SolutionsPlus. Los vehículos han transportado unas 300 toneladas de mercancías, evitando la liberación de 6.5 toneladas de dióxido de carbono y avanzando en el objetivo de la ciudad de alcanzar cero emisiones.

El proyecto piloto entrenó y certificó a conductoras a través de asociaciones con empresas locales de logística, como Grupo Entregas, una licencia de Fedex que redujo su huella de carbono en un 10 por ciento.
“Estamos convencidos de que cambiar el modelo de negocio de la movilidad es necesario y urgente”, dice María Paulina Romo, presidenta de Grupo Entregas.
Mientras tanto, las empresas emergentes en Argentina y Colombia están desarrollando opciones de transporte ecológicas, incluidas para personas con discapacidades, con el apoyo de SolutionsPlus. Montevideo, Uruguay, ahora cuenta con una red de estaciones de carga que apoya el creciente número de vehículos eléctricos que circulan por sus calles.

En Dar es Salaam, Tanzania, se introdujeron 43 triciclos eléctricos y 16 bicicletas con asistencia al pedaleo, y 45 personas fueron capacitadas en ensamblaje y reparaciones.
En Hanoi, Viet Nam, SolutionsPlus ayudó a introducir 50 motocicletas eléctricas y entrenó a 150 conductores, casi la mitad de ellos mujeres. Los autobuses diésel fueron convertidos en vehículos eléctricos en Katmandú, Nepal. Mientras tanto, en Pasig, Filipinas, los vehículos eléctricos de cuatro ruedas, conocidos como cuadriciclos, ahora entregan el correo y recogen la basura.
“Con proyectos como SolutionsPlus no solo estamos introduciendo y probando nuevas tecnologías. Estamos cultivando ecosistemas completos para apoyar el cambio hacia la movilidad sostenible”, dice De Jong del PNUMA.
Tal vez la transformación más impactante esté ocurriendo en Ruanda. Con el apoyo del PNUMA, Kigali, hogar de 1.7 millones de personas, ha creado un marco de carga para vehículos eléctricos, ha introducido una red de bicicletas compartidas y ha desplegado una flota de autobuses eléctricos. Se ha enfocado en crear oportunidades económicas para las personas que viven en pobreza y para las mujeres.
Este trabajo culminó recientemente en una decisión sin precedentes: en enero de 2025, Kigali detuvo el registro de motocicletas de gasolina para el transporte público, permitiendo solo motocicletas eléctricas.
Esto es música para los oídos de Nsanzingoma Marie Josie, de 30 años. Madre soltera y ex cocinera, se convirtió en conductora de motos-taxi eléctricas después de tomar un curso ofrecido a través del socio de SolutionsPlus, Ampersand.
Después de pagar su vehículo a través de un programa de arrendamiento con opción de compra, planea comenzar su propia empresa de entregas que utilice motocicletas eléctricas.
SolutionsPlus es un proyecto de 18 millones de euros orquestado por la Iniciativa de Movilidad Eléctrica Urbana. Está financiado por la Unión Europea y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por sus siglas en inglés). Está concluyendo después de casi cinco años de trabajo.
“Las lecciones aprendidas aquí serán invaluables para dar forma a un panorama de transporte urbano más limpio, con cero carbono y más inclusivo para el futuro”, dice De Jong del PNUMA.
El Programa Global de Movilidad Eléctrica del PNUMA apoya a más de 60 países en el Sur Global con 130 millones de dólares en subvenciones para transitar fuera de los combustibles fósiles en el sector del transporte.