Un dhow, como se denomina a un tipo tradicional de velero africano, viajó más de 500 kilómetros por las costas de Kenia y Tanzania a principios de este año, haciendo escalas en casi media docena de puertos en su camino.
Es un viaje que hacen muchos barcos. Sin embargo, el Flipflopi no es un dhow cualquiera. En lugar de haber sido construido con madera, la embarcación de 10 metros de largo y siete toneladas se fabricó completamente con residuos plásticos recogidos en las playas de Kenia.
La tripulación del Flipflopi es aliada de la campaña Mares Limpios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que tiene como objetivo alentar a los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil a reducir drásticamente el consumo de plásticos desechables y avanzar hacia la circularidad.
Un año y medio después de su exitoso viaje inaugural, el Flipflopi se embarca ahora en otra expedición, esta vez alrededor del lago Victoria, el lago más grande de África.
“La razón principal de esto es llevar el mensaje aguas arriba”, explicó Dipesh Pabari, cofundador del proyecto Flipflopi. Él cita estudios científicos que encontraron que más de 90% de la basura marina plástica se origina en diez grandes ríos del mundo, incluido el Nilo, cuya naciente es el lago Victoria.
Kenia es uno de varios países de África que, en los últimos años, ha intensificado su lucha contra los residuos plásticos. El mes pasado se cumplieron tres años de la estricta prohibición de bolsas de plástico de un solo uso. El año pasado, el país se unió a otras naciones en la firma de un acuerdo global para dejar de importar desechos plásticos, una medida a la que se opone la industria química. En junio de este año, siguiendo una directiva presidencial, Kenia prohibió otros plásticos, desde botellas de agua hasta cubiertos desechables, en parques nacionales, playas, bosques y áreas de conservación.
Sin embargo, a pesar de estas medidas, la contaminación por plásticos sigue siendo un problema importante en esta nación del este de África, tanto en la costa (donde el proyecto Flipflopi apoya iniciativas locales de gestión de residuos), como en el lago Victoria. En una sola limpieza se recogieron casi cinco toneladas de plástico en un tramo de playa de cinco kilómetros en Lamu, Kenia.
El lago Victoria, que tiene costas en tres países –Kenia, Tanzania y Uganda–, es la fuente de sustento de más de 40 millones de personas. La mala gestión de desechos y la contaminación son presiones crecientes que han afectado la salud de las comunidades y del lago.
"La expedición Flipflopi al lago Victoria lleva un mensaje simple pero crucial a gobiernos, autoridades locales, actores y comunidades de la región: salvemos el lago Victoria antes de que sea demasiado tarde", dijo Juliette Biao Koudenoukpo, directora regional del PNUMA en África.
“La destrucción de esta fuente vital de agua significa poner en peligro el sustento de millones de personas. Necesitamos actuar con urgencia para revertir la degradación ambiental que está teniendo un grave impacto en el lago y todos los que dependen de él”, añadió Biao Koudenoukpo.
El 19 de septiembre fue el Día Mundial de la Limpieza, un evento anual para tomar acción sobre el problema global de los desechos sólidos. A propósito del día, este año se lanzó una película animada que cuenta la historia del Flipflopi. El célebre actor keniano John Sibi-Okumu escribió y narró la película, que fue dirigida por el galardonado animador Kwame Nyong’o.
El capítulo del Flipflopi en el lago Victoria comenzará con la llegada del barco al Parque Impala del Servicio de Vida Silvestre de Kenia, en la ciudad de Kisumu, el 22 de septiembre.
Durante los próximos meses, se animará a la población local a visitar el bote, conocer los objetivos del nuevo viaje y descubrir cómo se construyó el dhow de plástico.
Las partes más grandes, la quilla, las nervaduras y otros elementos estructurales, se construyeron en una fábrica de reciclaje al sur de Lamu a partir de residuos plásticos, incluidos contenedores, bolsas e incluso botellas viejas de champú, que se comprimieron en moldes de acero. Los tablones se fabricaron con más plástico reciclado y más de 30.000 sandalias plásticas abandonadas fueron utilizadas para revestir el casco.
A principios de 2021, el barco completará un viaje de un mes, primero en Uganda y luego en aguas de Tanzania.
"Vamos a rodear la costa porque el centro del lago es particularmente conocido por sus vientos y tormentas impredecibles. La idea es estar lo más cerca posible de la gente porque esta es una historia sobre la gente. No somos un grupo de exploradores de aventuras, en un desafío personal. Nuestra causa es el medio ambiente", explicó Pabari.
En el primer viaje, un segundo dhow de madera siguió al Flipflopi en caso de que hubiera problemas. Sin embargo, el equipo resultó satisfecho con el rendimiento del bote. Al ser más pesado que sus pares de madera, el Flipflopi no necesitó de las grandes cargas de lastre que necesitan los botes tradicionales de su tipo.
“Navega mágicamente. Estamos impresionados por su buen desempeño”, dijo Pabari.
Además del PNUMA, la aventura está siendo respaldada por la Agencia Francesa de Desarrollo, que ha estado trabajando durante las últimas dos décadas para mejorar el acceso al agua potable en las comunidades alrededor del lago Victoria.
“Hemos estado trabajando durante 20 años con nuestros socios de Kenia, Uganda y Tanzania en un conjunto de soluciones integrales para que las poblaciones que rodean el lago accedan a agua limpia y para preservar el recurso mediante la investigación y la inversión en infraestructura de saneamiento adecuada. Creemos que las soluciones para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible implican una acción colectiva e inclusiva llevada a cabo a la escala adecuada”, dijo Christian Yoka, director regional de la AFD para África Oriental.