24 Sep 2018 Reportaje Ocean & Coasts

Joven Campeón de la Tierra por América Latina y el Caribe

Gator Halpern es el Joven Campeón de la Tierra 2018 para América Latina y el Caribe. El Premio Jóvenes Campeones de la Tierra es impulsado por Covestro.

Halpern y su compañía Coral Vita han recibido numerosos premios, entre ellos: Forbes 30 Under 30, JM Kaplan Innovation, Halcyon Incubator, WeWork Creator, Fast Company World Changing Idea y las becas Green Innovation de la Universidad de Yale y Echoing Green. Síguelos en: @CoralVitaReefs

https://youtu.be/Y_bkWZ1Vx9Y

Coral Vita: devolviendo la vida a los corales

Recuerdo la primera vez que vi un arrecife de coral muerto. Estaba en Honduras y los vibrantes colores submarinos se extendían como una alfombra de neón en el lecho marino. El sol se reflejaba en las escamas de los peces mientras nadaban entre brillantes corales rojos y amarillos. Luego los colores se desvanecieron y me horroricé: me encontré con un cementerio de coral muerto. Un campo de esqueletos de coral cubiertos de algas se extendía frente a mí.

Crecí en San Diego, California, y pasé mucho tiempo en las olas y en la playa. Me devastó que esto pudiera sucederle a uno de los ecosistemas más importantes de nuestro océano. Mi mente se remontó al tiempo en el que visité una comunidad maya indígena en la Selva Lacandona de México. Después de semanas de vivir en armonía con la naturaleza, en el camino a casa vi columnas de humo que se elevaban por encima de los árboles. El bosque prístino estaba siendo talado y quemado para hacer pasto de ganado.

Esa industria invasora estaba poniendo en peligro los medios de vida tradicionales de mis nuevos amigos, que vivían en un bosque cada vez más pequeño. No podía entender por qué nuestros estilos de vida son tan destructivos para nuestros ecosistemas. ¿Por qué estamos cambiando el equilibrio de la naturaleza de forma permanente para alimentar nuestros deseos a corto plazo? Y me pregunté, ¿qué puedo hacer para marcar la diferencia?

Ecosistemas mágicos bajo amenaza

Me inscribí en la Escuela de Silvicultura y Estudios Ambientales de Yale para estudiar gestión ambiental, decidido a hacer algo para frenar nuestros hábitos destructivos. Los hechos me golpearon: se espera que más de 90% de nuestros corales mueran para el año 2050. Y no quería dedicarme a escribir un obituario.

Los arrecifes de coral se encuentran entre los ecosistemas con mayor biodiversidad del planeta. Sustentan alrededor de 25% de toda la vida marina. Su degradación amenaza a mil millones de personas en todo el mundo, entre ellos las comunidades pesqueras y sus familias, los residentes de la costa expuestos a fuertes marejadas y los habitantes de los países cuyas economías dependen de los arrecifes. Estos ecosistemas son criaderos de peces tropicales y generan US$ 30.000 millones anuales en turismo, pesca y protección costera.

En Yale, conocí a Sam Teicher, hoy mi socio comercial. Me contó sobre sus experiencias en Mauricio, donde ayudó a organizar un proyecto de restauración de arrecifes para recuperar una laguna, lo que evitó que los pescadores locales viajaran millas para hacer sus capturas.

Rápidamente me quedó claro que la restauración tradicional de los arrecifes -el cultivo de coral en el océano- es simplemente demasiado lenta. Una colonia de coral del tamaño de una pelota de baloncesto podría tardar de 50 a 75 años en crecer en el océano. Para ese momento, los arrecifes de nuestro planeta ya podrían estar muertos.

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Gator Halpern: tomando acciones para restaurar los arrecifes de coral. Foto de Coral Vita.

Pescando soluciones

Nuestra visión es la restauración a escalas sin precedentes, por lo que Sam y yo decidimos lanzar nuestra red en busca de soluciones. Condujimos a los Cayos de Florida (EE.UU.). Dormíamos en la parte trasera de una camioneta y programábamos reuniones con científicos todo el día. Nuestra búsqueda dio sus frutos: descubrimos que científicos del más alto nivel trabajaban en una tecnología que podía acelerar la tasa de crecimiento del coral cincuenta veces.

La tecnología que utilizamos hace crecer corales del tamaño de un balón de baloncesto en solo un año. Nuestras granjas con base en tierra nos permiten cultivar millones de corales en un solo sitio, acelerando el crecimiento de una gama más amplia de especies de corales. También podemos aumentar la resiliencia de los corales y mejorar su capacidad de adaptación frente a condiciones que amenazan su supervivencia, como océanos más cálidos y más ácidos.

Desde 2015, Coral Vita pasó de ser una idea a convertirse en la primera compañía comercial de cultivo terrestre de coral en el mundo. Nos hemos asociado con importantes institutos marinos para desarrollar relaciones con las entidades reguladoras y profesionales del área de restauración de arrecifes, y hemos contratado científicos de primer nivel.

El camino hacia la recuperación

Creemos que una industria impulsada por el mercado es la única forma de abordar la magnitud de la degradación actual de los arrecifes. Nuestra comunidad global -incluyendo a gobiernos, desarrolladores costeros, bancos y compañías de seguros- debe invertir en la restauración a gran escala.

Hemos recaudado más de US$ 1.5 millones en inversión, y estamos ocupados construyendo una instalación de restauración de arrecifes, una atracción ecoturística y un centro educativo en Freeport, Gran Bahama. Si bien comenzamos en pequeña escala, con una granja capaz de cultivar alrededor de 3.000 colonias de corales cada año, nuestro objetivo es restaurar kilómetros de costas.

Nuestros proyectos de restauración benefician directamente a las comunidades al aumentar las poblaciones de peces -a menudo una fuente clave de proteína-, proteger las costas de la erosión y las mareas de tempestad, impulsar el turismo y crear empleos. Sin medidas drásticas para restaurar y mantener los arrecifes, los corales seguirán muriendo y las comunidades de todo el mundo sufrirán su pérdida.

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