La contaminación plástica está emergiendo como una de las amenazas más serias para los ecosistemas oceánicos. Los líderes mundiales, los científicos y las comunidades reconocen la necesidad urgente de actuar, pero los impactos de este tipo de polución aún no se comprenden del todo.
Para concientizar sobre los efectos de largo alcance de la contaminación plástica, científicos oceánicos, incluidos los del Centro de Monitoreo de la Conservación Mundial de ONU Medio Ambiente, analizaron los números de la Base de Datos de Residuos en Aguas Profundas. El Centro Global de Datos Oceanográficos de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marina y Terrestre lanzó esta base de datos para uso público en 2017. La misma contiene más de 30 años de fotos y videos de desechos que han sido recolectados por sumergibles de aguas profundas y vehículos operados por control remoto.
Los datos revelaron que, en 5.010 inmersiones se contaron más de 3.000 piezas de desechos fabricados por el hombre, incluidos plásticos, metales, gomas y artes de pesca. Más de un tercio de los desechos encontrados fueron macroplásticos, 89% de los cuales eran productos de un solo uso. En áreas por debajo de los 6.000 metros, más de la mitad de los desechos eran de plástico, casi todos de un solo uso.
El estudio – “Huella humana en el abismo: 30 años de registros de desechos plásticos en aguas profundas”- revela que los plásticos de un solo uso han alcanzado la trinchera oceánica más profunda del mundo: una bolsa plástica fue encontrada en la Fosa de las Marianas, a 10.898 metros por debajo de la superficie.
La distribución generalizada del plástico de un solo uso, incluso en las mayores profundidades del océano, expone el vínculo entre las actividades humanas diarias y los espacios naturales más remotos.
Una vez en lo profundo del mar, el plástico puede persistir durante miles de años. Los ecosistemas de aguas profundas son altamente endémicos y tienen una tasa de crecimiento muy lenta, por lo que las amenazas potenciales de la contaminación plástica son preocupantes.
Existe una preocupación creciente porque los ecosistemas de las profundidades marinas ya están siendo dañados por la explotación directa de recursos biológicos y no biológicos, por ejemplo, a través de la pesca de arrastre en aguas profundas, la minería y el desarrollo de infraestructura. Los resultados de este estudio muestran que los ecosistemas de aguas profundas también están siendo afectados indirectamente por las actividades humanas.
La reducción de la producción de desechos plásticos parece ser la única solución a este problema. Se necesita una red mundial de monitoreo para compartir los pocos datos existentes sobre la contaminación por plásticos en aguas profundas y se deben priorizar las encuestas de evaluación de impacto en áreas biológica y ecológicamente importantes que presenten altas concentraciones de desechos plásticos. También se pueden usar modelos de circulación oceánica para determinar cómo el plástico está viajando desde la tierra hasta las profundidades del mar.
Un planeta #SinContaminación por plásticos es el tema de Día Mundial del Medio Ambiente 2018.
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Este artículo se publicó originalmente en UNEP-WCMC.