El 1 de marzo de 2019, la Asamblea General de la ONU declaró la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas 2021-2030, que tiene como objetivo ampliar masivamente la restauración del medio ambiente degradado y destruido como medida para combatir el cambio climático y mejorar la seguridad alimentaria, el suministro de agua y la biodiversidad. El momento es estratégico.
Del 11 al 15 de marzo de 2019, representantes de los países del mundo se reunirán en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en Nairobi, Kenia, para analizar cómo mejorar el impacto de las acciones ambientales a favor de las personas y el planeta. Los ecosistemas ocuparán un lugar destacado en la agenda.
La degradación de los ecosistemas terrestres y marinos socava el bienestar de 3.200 millones de personas y cada año cuesta alrededor de 10% del producto interno bruto mundial debido a la pérdida de especies y servicios de la naturaleza.
Ecosistemas clave que brindan numerosos servicios esenciales para la alimentación y la agricultura -incluidos el suministro de agua dulce, la protección contra los desastres y la provisión de hábitats para especies como peces y los polinizadores-, están reduciéndose rápidamente.
La restauración de 350 millones de hectáreas de tierra degradada desde ahora hasta 2030 podría generar US $ 9 billones en servicios ecosistémicos y eliminar entre 13 y 26 gigatones de gases de efecto invernadero de la atmósfera.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (ONU Medio Ambiente) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) liderarán la implementación de la Década de las Naciones Unidas para la Restauración de los Ecosistemas, una propuesta original de El Salvador y apoyada por los países de América Latina y el Caribe.
En la semana previa a la Asamblea, los debates de los Estados Miembros y otras entidades se centrarán en las siguientes áreas relacionadas con los ecosistemas:
- Innovaciones en biodiversidad y degradación del suelo.
- Protección del medio marino frente a las actividades terrestres.
- Proteger el equilibrio ecológico de las cadenas alimentarias mediante la conservación y el uso sostenible de los ecosistemas de manglares.
- Gestión sostenible de arrecifes de coral.
- Deforestación y cadenas de suministro de materias primas agrícolas.
- Gestión sostenible del nitrógeno.
- Pastizales y pastoreo.
- Economía azul sostenible.
- Gestión sostenible de las turberas para hacer frente al cambio climático en el recientemente establecido Centro Internacional de Turberas Tropicales.
La sección de alto nivel de la Asamblea, que comenzará el 11 de marzo, tomará decisiones finales sobre estos temas.
La Década impulsará los actuales objetivos mundiales de restauración, por ejemplo el Desafío de Bonn, que pretende restaurar 350 millones de hectáreas de ecosistemas degradados para 2030, una superficie casi del tamaño de la India. Actualmente, 57 países, gobiernos subnacionales y organizaciones privadas se han comprometido a restaurar más de 170 millones de hectáreas. Este proyecto se basa en esfuerzos regionales como la Iniciativa 20x20 en América Latina, que busca restaurar 20 millones de ha de tierras degradadas para 2020, y la Iniciativa de Restauración del Paisaje Forestal Africano AFR100, que tiene como objetivo restaurar otros 100 millones de ha de tierras empobrecidas para 2030.
“Ha surgido una pequeña ventana de oportunidad pequeña. Hay muchas razones para tener esperanza y hay muchas oportunidades para detener la degradación de la tierra y optar por un mundo más sostenible", dijo Tim Christophersen, jefe de la subdivisión de Agua dulce, Tierra y Clima de ONU Medio Ambiente, y presidente de la Alianza Mundial para la Restauración de Bosques y Paisajes.
La restauración de los ecosistemas es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, principalmente aquellos relacionados con cambio climático, erradicación de la pobreza, seguridad alimentaria, conservación del agua y biodiversidad. También es un pilar de las convenciones ambientales internacionales, como la Convención de Ramsar sobre los humedales y las Convenciones de Río sobre diversidad biológica, desertificación y cambio climático.
La restauración también es crucial para abordar algunos de los desafíos ambientales emergentes identificados en el reciente informe Fronteras 2018/19 de ONU Medio Ambiente, como la preservación de las turberas en el permafrost, la conectividad de ecosistemas, la contaminación por nitrógeno y la mala adaptación al cambio climático.