Nairobi, 30 de marzo de 2021 — La contaminación por plásticos afecta de manera desproporcionada a las comunidades marginadas y aquellas que viven en las proximidades de los sitios de producción y desechos de plástico, lo que constituye una injusticia ambiental, según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la organización no gubernamental de justicia ambiental Azul.
El informe, EN ESTADO DE NEGLIGENCIA: el impacto de la basura marina y la contaminación por plásticos en la justicia ambiental, pide el reconocimiento de las comunidades afectadas por los desechos plásticos y su inclusión en la toma de decisiones a nivel local.
El estudio detalla una amplia gama de casos de injusticia ambiental, desde la deforestación y el desplazamiento de pueblos indígenas para dar paso a la extracción de petróleo o la contaminación del agua potable por los fluidos de la fracturación hidráulica y las aguas residuales en Estados Unidos y Sudán, hasta problemas de salud entre las comunidades predominantemente afroamericanas que viven cerca de las refinerías de petróleo en el Golfo de México, en Estados Unidos, o los riesgos que corren los dos millones de personas aproximadamente que recuperan el plástico en India, por mencionar algunos.
Los desechos plásticos no solo amenazan los medios de vida de quienes dependen de los recursos marinos para trabajar, sino que pueden provocar una serie de problemas de salud para las personas que consumen pescados y mariscos infestados con micro y nanoplásticos tóxicos.
El desafío de los desechos plásticos, que se ha visto agravado por la pandemia COVID-19, es una parte importante de la crisis de contaminación global, que, junto con la pérdida de biodiversidad y el cambio climático, representan una triple emergencia planetaria que debe abordarse mediante cambios dramáticos en la forma en que la humanidad utiliza los recursos de la Tierra.
“La justicia ambiental significa educar a quienes están en la primera línea de la contaminación por plásticos sobre sus riesgos, incluirlos en las decisiones sobre su producción, uso y eliminación, y garantizar su acceso a un sistema judicial confiable”, dijo la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen.
Los autores del informe recomiendan que los gobiernos se involucren en el seguimiento de los desechos plásticos, estudien sus efectos en la salud e inviertan en su gestión.
Los gobiernos también deberían adoptar y ayudar a implementar prohibiciones de los plásticos de un solo uso y fomentar la reducción, el reciclaje y la reutilización, además de sensibilizar y animar a las comunidades afectadas para que actúen, mediante el acceso a un sistema judicial eficaz que siga los principios de justicia ambiental, como el consentimiento libre, previo y fundamentado y el derecho de acceso a la información.
“La contaminación por plásticos es un problema de justicia social. Los esfuerzos actuales para gestionar y reducir la contaminación por plásticos son inadecuados para abordar la gama completa de problemas que conlleva. Los efectos dispares en las comunidades afectadas por el plástico, en todos los puntos del proceso, desde la producción hasta el desecho, deberían hacer de la justicia ambiental una consideración habitual dentro del campo de la conservación marina”, dijo Marce Gutiérrez-Graudiņš, coautora del informe y fundadora y directora ejecutiva de Azul.
El informe sigue la Resolución 2/11 de la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente para que el PNUMA siga estudiando los impactos ambientales, sanitarios y sociales del plástico.
Mediante casos concretos, muestra cómo los residuos plásticos están socavando el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente el ODS 1 sobre la erradicación de la pobreza, el ODS 2 sobre el hambre cero, el ODS 14 sobre la protección de los ecosistemas marinos y el ODS 16 sobre el acceso a la justicia para todos y la construcción de instituciones eficaces, responsables e inclusivas a todos los niveles.
“El impacto de los plásticos en las poblaciones vulnerables va mucho más allá de los sistemas de gestión de residuos ineficientes o, en ocasiones, inexistentes”, dice Juliano Calil, autor principal del informe e investigador principal del Centro para la Economía Azul. “Comienza con problemas relacionados con la extracción de petróleo, pasa por los ambientes tóxicos y las emisiones de gases de efecto invernadero, e incluso afecta las políticas de distribución del agua”.
NOTAS PARA LOS EDITORES
Acerca del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)
El PNUMA es la autoridad ambiental líder en el mundo. Proporciona liderazgo y alienta el trabajo conjunto en el cuidado del medio ambiente, inspirando, informando y capacitando a las naciones y a los pueblos para mejorar su calidad de vida sin comprometer la de las futuras generaciones.
Sobre Azul
Azul es una organización de justicia ambiental que trabaja con comunidades locales para proteger las costas y el océano. Fundada en 2011, Azul ha desarrollado y ejecutado campañas que han logrado importantes victorias en políticas de conservación de los océanos.
Para obtener más información, contacte a la Unidad Regional de Comunicación del PNUMA en América Latina y el Caribe: unep-latinamerica-news@un.org