En los últimos meses, la frase ha estado en boca de científicos, funcionarios y activistas ambientales: restauración de ecosistemas. Este año, el 5 de junio, Día Mundial del Medio Ambiente, se lanzará de manera oficial el Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, un esfuerzo a 10 años para detener y revertir el deterioro del mundo natural.
Quizá te estés preguntando: ¿qué es exactamente un ecosistema y cómo puede restaurarse?
La respuesta a la primera pregunta es que un ecosistema es un lugar donde las plantas, los animales y otros organismos, junto con el paisaje que los rodea, se unen para formar la red de la vida.
Los ecosistemas pueden ser grandes, como un bosque, o pequeños, como un estanque. Muchos son cruciales para las sociedades, ya que proporcionan agua, alimentos, materiales de construcción y otros elementos esenciales. También brindan beneficios para todo el planeta, como la mitigación del cambio climático y la conservación de la biodiversidad.
Pero en las últimas décadas, el hambre de la humanidad por la extracción de recursos ha llevado a muchos ecosistemas al límite.
A continuación se describen los ocho principales tipos de ecosistemas y algunas de las cosas que pueden hacerse para revivirlos. Para obtener más ideas sobre cómo impulsar tus ecosistemas locales y unirte a la #GeneraciónRestauración, consulta la guía práctica para restaurar el planeta del Decenio de las Naciones Unidas.
Tierras de cultivo
El uso intensivo del suelo, la erosión y el exceso de fertilizantes y pesticidas están agotando muchas tierras de cultivo. Las formas de restaurarlos incluyen la reducción de la labranza, el uso de fertilizantes y mecanismos de control de plagas más naturales, y la introducción de cultivos más diversos, incluidos los árboles. Estos pasos pueden reconstruir los depósitos de carbono en los suelos, lo cual los vuelve más fértiles para que los países puedan alimentar a sus poblaciones en crecimiento sin utilizar aún más tierra. La restauración de tierras agrícolas también puede crear hábitats para la vida silvestre.
¿Sabías que? El nitrógeno de los fertilizantes utilizados en la agricultura industrial no solo contamina el aire y el agua, sino que también contribuye al cambio climático.
Bosques
Para satisfacer el hambre de la humanidad por tierras y recursos, se destruyen bosques ininterrumpidamente. La tala, el corte de leña, la contaminación, las plagas invasoras y los incendios forestales están dañando lo que queda. Restaurar los ecosistemas forestales significa replantar y reducir la presión sobre los bosques para que los árboles vuelvan a crecer de forma natural. Los sistemas alimentarios son uno de los principales factores que afectan la pérdida de bosques. Reconsiderar la forma en que las personas cultivan y consumen alimentos puede ayudar a reducir la presión sobre los bosques. Las tierras de cultivo degradadas y en desuso pueden ser ideales para la restauración forestal, lo que también puede significar la creación de pequeños espacios boscosos en paisajes que incluyan tierras agrícolas productivas y asentamientos humanos.
¿Sabías que? Los bosques proporcionan un hábitat para 80% de las especies de anfibios del mundo, así como para la mayoría de las aves y mamíferos.
Lagos y ríos
El agua potable y abundante se ha convertido en un lujo. Los ecosistemas de agua dulce se han degradado por la contaminación, la sobrepesca y la infraestructura, así como por la creciente extracción de agua para el riego, la industria y los hogares. Restaurar significa detener la contaminación, reducir y tratar los desechos, gestionar la demanda de agua y peces y reactivar la vegetación por encima y por debajo de la superficie.
¿Sabías que? Muchos peces comen insectos, por lo que los ríos pueden restaurarse permitiendo que crezcan más plantas amigables con los insectos en sus orillas.
Pastizales y sabanas
Los matorrales, los pastizales y las sabanas están siendo sobrepastoreados y erosionados, convertidos a la agricultura e invadidos por especies exóticas. Podemos ayudarlos a recuperarse limpiando la vegetación leñosa y volviendo a sembrar pastos nativos. Las plantas y animales perdidos pueden reintroducirse y protegerse hasta que sus poblaciones se recuperen. Los pastores y otros usuarios deben tener un papel importante en los planes para gestionar estos ecosistemas de forma sostenible.
¿Sabías que? Hace millones de años los humanos evolucionaron en los pastizales y las sabanas.
Montañas
En las regiones montañosas, eliminar la vegetación de las pendientes para la agricultura o la vivienda puede provocar una erosión peligrosa y contaminar los ríos en su origen. Las altas temperaturas están obligando a las especies, los ecosistemas y las personas a adaptarse o moverse. Podemos contrarrestar esta tendencia reviviendo los bosques y restaurando la protección que brindan contra avalanchas, deslizamientos de tierra e inundaciones. Los funcionarios pueden planificar presas y carreteras para evitar la fragmentación de ríos y otros hábitats. Técnicas agrícolas como la agrosilvicultura pueden ser más resilientes frente al cambio climático.
¿Sabías que? Al menos 600 glaciares han desaparecido en las últimas décadas, lo cual afecta el suministro de agua para miles de millones de personas que viven río abajo.
Océanos y costas
Los ecosistemas marinos están siendo atacados por la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación. Pero las soluciones son tan comunes como las amenazas. Los gobiernos y las comunidades pueden hacer que la pesca y el uso de los manglares sean más sostenibles. También pueden tratar adecuadamente las aguas residuales y otros desechos y evitar que la basura plástica ingrese al agua. Los arrecifes de coral, los manglares y los pastos marinos deben gestionarse con cuidado y restaurarse activamente para que los océanos sigan sustentando miles de millones de medios de vida en todo el mundo.
¿Sabías que? El pasto marino es un campeón climático oculto, ya que captura carbono hasta 35 veces más rápido que el bosque tropical.
Turberas
https://pixabay.com/photos/swamp-autumn-fall-wet-wetlands-1017458/">Pixabay / Rudy and Peter Skitterians</a></em>" data-entity-type="file" data-entity-uuid="e62f8dd5-7cda-4c4c-90a4-8e20fa60427f" src="https://assets.unenvironment.org/s3fs-public/inline-images/swamp_1017458_1920.jpg">Las turberas y sus enormes reservas de carbono y agua se están drenando y convirtiendo en tierras agrícolas, lo cual se suma a su degradación por el fuego, el pastoreo excesivo, la contaminación y la extracción de turba. Evitar el peligroso cambio climático significa retener el carbono de las turberas tal y como está: húmedo y en el suelo. Al mismo tiempo, debemos volver a humedecer y restaurar las turberas degradadas, por ejemplo, cerrando canales de drenaje, con el fin de detener sus emisiones y proteger plantas y animales raros.
¿Sabías que? Las turberas cubren solo 3% de la tierra del mundo, pero almacenan casi un tercio de todo el carbono en su suelo.
Áreas urbanas
Las ciudades y los pueblos pueden parecer desiertos ecológicos. Hay poco espacio para la vegetación en medio de las casas, carreteras y fábricas. Los desechos y la contaminación ponen en peligro las vías fluviales, los suelos y el aire. Pero las áreas urbanas tienen un enorme potencial de restauración. Los grupos de ciudadanos y las autoridades municipales pueden limpiar las vías fluviales, permitir que crezcan plantas aptas para las abejas y crear bosques urbanos y otros hábitats de vida silvestre en parques, escuelas y otros espacios públicos. Cortar el césped con menos frecuencia es más económico para las ciudades y permite que la naturaleza prospere. Las aceras permeables y los humedales urbanos protegen contra las inundaciones y la contaminación. Las áreas industriales contaminadas pueden rehabilitarse y convertirse en lugares para la naturaleza y la recreación.
¿Sabías que? Se han registrado más de 280 especies de aves en el Central Park de la ciudad de Nueva York.
Liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, el Decenio de las Naciones Unidas reunirá apoyo político, investigación científica y fuerza financiera para ampliar masivamente la restauración con el objetivo de revivir millones de hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos. Visita www.decadeonrestoration.org/es para obtener más información.