Colombia fue uno de los primeros países de América Latina en adoptar el uso de sellos ambientales en 2005 con el objetivo de ayudar a los consumidores a tomar decisiones sostenibles al momento de hacer sus compras.
El PNUMA, con el apoyo financiero de la Unión Europea, ha fortalecido la estructura de ecoetiquetado en Colombia, y hoy el sello ambiental colombiano ha sido otorgado a 77 empresas que van desde el turismo hasta la construcción, y es parte de un esfuerzo por facilitar la transición hacia una economía circular.