A pesar de que el mundo busca intensificar los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, la necesidad de adaptarse a los impactos del cambio climático ya existentes es igual de importante. La sexta edición del Informe sobre la Brecha de Adaptación del PNUMA: Una tormenta se está gestando analiza cómo está el mundo en la adaptación a estos impactos.
El informe concluye que existe una necesidad urgente de aumentar la financiación para la adaptación climática. Los costos estimados de adaptación en los países en desarrollo son de cinco a diez veces mayores que los flujos actuales de financiación pública de la adaptación, y la brecha de financiación de la adaptación se está ampliando.
Los paquetes de estímulo para la recuperación de la COVID-19 también se están convirtiendo en una oportunidad perdida para financiar la adaptación al cambio climático. Menos de un tercio de los 66 países estudiados financiaron explícitamente las medidas de COVID-19 para abordar los riesgos climáticos hasta junio de 2021. Mientras tanto, el mayor costo del servicio de la deuda, combinado con la disminución de los ingresos públicos, puede obstaculizar el gasto público futuro en adaptación.
En cuanto al lado positivo, la adaptación al cambio climático se está integrando cada vez más en las políticas y la planificación. Alrededor del 79% de los países han adoptado al menos un instrumento de planificación de la adaptación a nivel nacional, un aumento del 7% desde 2020. La implementación de acciones de adaptación también continúa creciendo lentamente, con los diez principales donantes financiando más de 2.600 proyectos con un enfoque principal en la adaptación entre 2010 y 2019.
Sin embargo, el informe concluye que se necesita una mayor ambición para avanzar en la planificación, financiación e implementación de la adaptación a niveles nacionales en el mundo entero.