Novedades del informe de este año 2023
En el informe, por el que se analizan los avances en materia de planificación, financiación y ejecución de medidas de adaptación, se concluye que las necesidades de financiación para la adaptación de los países en desarrollo equivalen a un valor de entre 10 y 18 veces mayor que los fondos públicos internacionales, lo que supone un aumento de más del 50% con respecto a las estimaciones previas.
Los costos modelizados de la adaptación en los países en desarrollo se estiman en 215.000 millones de dólares anuales en esta década (2021-2030). La financiación necesaria para ejecutar las prioridades nacionales de adaptación se estima en 387.000 millones de dólares anuales.
A pesar de esta cuantiosa brecha, los flujos de financiación pública multilateral y bilateral para la adaptación de los países en desarrollo disminuyeron un 15%, hasta los 21.000 millones de dólares en 2021. Como resultado de las crecientes necesidades de financiación de la adaptación y de los fluctuantes fondos de inversión, el actual déficit de financiación de la adaptación se estima en la actualidad entre 194.000 millones y 366.000 millones de dólares anuales. Al mismo tiempo, la planificación y la implementación de la adaptación parecen estar estancadas. Esta falta de adaptación agrava la crisis climática e implica enormes pérdidas y daños, en particular para las personas más vulnerables.
En el Informe sobre la Brecha de Adaptación 2023 se identifican siete vías para aumentar la financiación, entre las que figuran: el gasto nacional y la financiación procedente del sector privado y la comunidad internacional. Otras vías son las remesas, el aumento y la adaptación de la financiación destinada a las pequeñas y medianas empresas y una reforma de la arquitectura financiera internacional. Asimismo, el nuevo Fondo de Pérdidas y Daños también tendrá que avanzar hacia mecanismos de financiación más innovadores para alcanzar la cantidad de inversión necesaria.