Hace solo unos años, el suministro de agua de Ciudad del Cabo parecía seguro. El acceso al agua en la ciudad más grande de Sudáfrica se daba por sentado y los residentes acomodados se enorgullecían de tener jardines bien cuidados y piscinas en el patio trasero. Ahora, después de casi tres años de una sequía récord, Ciudad del Cabo enfrenta un escenario que una gran ciudad desarrollada no ha vivido nunca en el siglo XXI. En junio, los grifos podrían quedar secos, dejando a los capenses sin acceso confiable al agua.
Ciudad del Cabo siempre ha dependido de presas y embalses para garantizar un suministro constante de agua, pero en las últimas décadas los proyectos de infraestructura no pudieron mantenerse al ritmo del crecimiento demográfico. En poco más de 20 años, la población de Ciudad del Cabo creció alrededor de 80%, de 2,4 millones en 1995 a 4,3 millones en 2018. Durante el mismo período, el almacenamiento en presas aumentó solo 15%. Un boom de población, un clima errático y una sequía persistente han creado una crisis severa.
Los expertos han dicho que el 4 de junio será el "Día Cero", incluso con la aplicación de restricciones en el servicio de agua. Esta es la fecha oficial en que la capacidad del reservorio llegará a 13,5% y la ciudad ya no podrá proporcionar agua a sus residentes. Los funcionarios municipales, mientras hacen todo lo posible para evitar el desastre, están considerando el hecho de que la crisis actual no sea un problema de corto plazo. Pecipitaciones menos frecuentes y un clima cambiante significan que las condiciones más secas se convertirán en la nueva normalidad.
El fotógrafo y residente de Ciudad del Cabo Kelvin Trautman, brindó a ONU Medio Ambiente una serie de fotografías que documentan la crisis.
Una vista aérea de la presa de Theewaterskloof, el embalse de suministro más grande de Ciudad del Cabo. Su capacidad es mayor que la de las otras 13 represas de suministro combinadas, pero una sequía sin precedentes casi la ha dejado vacía.
Theewaterskloof, que actualmente está a menos de 15% de su capacidad, se construyó para albergar la mitad del suministro de agua de la ciudad. La escasez de las lluvias de invierno, que normalmente llenan los embalses de Ciudad del Cabo, ha causado la peor sequía en más de un siglo.
Debido a su clima árido, Ciudad del Cabo ha dependido durante mucho tiempo de represas para captar la lluvia y satisfacer sus necesidades de agua. Una de las primeras fue la presa inferior de Steenbras, terminada en 1921. Su altura se ha elevado repetidamente a lo largo de los años, un reflejo de la batalla interminable de Ciudad del Cabo para garantizar un suministro de agua adecuado.
A medida que la población de la ciudad aumentó, durante el siglo pasado, la escasez de agua demostró ser un problema recurrente, creando la necesidad de un sistema de presas e instalaciones de tratamiento de agua en constante expansión. La Steenbras inferior fue diseñada para ser el principal embalse de Ciudad del Cabo, pero ahora es solo una en un sistema de 14 presas.
El embalse vacío de la presa inferior de Steenbras. Los funcionarios de la ciudad han reducido el consumo de agua per capita a 50 litros (13 galones) por día, pero incluso puede que esto no sea suficiente para evitar un desastre.
Estos árboles, que normalmente han estado cubiertos por agua, son un duro recordatorio de los bajos niveles de agua de la represa Theewaterskloof. Incluso si la lluvia regresa y acaba con la sequía -lo cual de ninguna manera está garantizado-, serían necesarios varios años de lluvias buenas y consistentes para que los embalses de la ciudad vuelvan a los niveles previos a 2015.
Las lluvias invernales han rellenado históricamente los embalses entre abril y septiembre, pero muchos expertos dicen que la ciudad no podrá depender de este patrón en el futuro.
La estación de bombeo de Theewaterskloof, que se ve de fondo, casi llega al punto en que no podrá bombear agua. Si bien ninguna de las presas de Ciudad del Cabo está completamente vacía, el último 10%de un depósito es inutilizable debido al barro. Si el sistema de embalses alcanza este nivel, los habitantes estarán limitados a recolectar 25 litros diarios de agua en estaciones de emergencia.
El cambio climático y la prolongación de los períodos de sequía significan que las represas de Ciudad del Cabo ya no funcionarán como lo hicieron antes. Si bien la ciudad está estudiando plantas de desalinización y proyectos de reciclaje de agua, será necesario reducir seriamente el consumo de agua para adaptarse a esta nueva normalidad.
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