La resistencia a los antimicrobianos (RAM) es una de las mayores amenazas para la salud mundial. Se asoció con un estimado de cinco millones de muertes en 2019 y, si de no controlarla, podría tener un impacto catastrófico en las personas y la economía. Una investigación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) muestra que podría recortar 3,4 billones de dólares del PIB anual y abocar a 24 millones de personas a la pobreza extrema en la próxima década.
La contaminación de los sectores farmacéutico, agrícola y sanitario es uno de los principales impulsores de la resistencia a los antimicrobianos, que se produce cuando bacterias, virus, hongos y parásitos evolucionan con el tiempo y desarrollan la capacidad de derrotar a los fármacos diseñados para combatirlos.
Un estudio reciente encontró que más de una cuarta parte de unos 258 ríos en todo el mundo estaban contaminados con drogas hasta un grado tóxico. Las concentraciones más altas de ingredientes farmacéuticos activos se encontraron en África subsahariana, Asia meridional y América del Sur.
"Limitar la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos es fundamental para preservar la capacidad de tratar enfermedades, reducir los riesgos de inocuidad de los alimentos, luchar contra las desigualdades y proteger el medio ambiente", dijo Jacqueline Álvarez, Jefa de la Subdivisión de Productos Químicos y Salud del PNUMA. "La resistencia a los antimicrobianos es una crisis compleja e interconectada. Requiere medidas preventivas y de gestión con un enfoque de 'Una sola salud' que reconozca que la salud de las personas, los animales, las plantas y el medio ambiente están estrechamente vinculados y son interdependientes".
Con motivo de la Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM, que se celebra del 18 al 24 de noviembre de cada año, he aquí una introducción a lo que está impulsando la propagación de la RAM.
1. Uso indebido de antibióticos
El uso excesivo e inadecuado de antibióticos puede provocar cepas de bacterias resistentes a los antibióticos. Las personas pueden abusar de los antibióticos al no completar el ciclo recetado de antibióticos, usar la dosis incorrecta o recibir antibióticos innecesarios. Este enfoque desordenado, junto con la eliminación inadecuada de medicamentos, permite que las bacterias más resistentes prosperen, se multipliquen y potencialmente conduzcan al desarrollo de superbacterias que son difíciles, si no imposibles, de tratar con los antibióticos existentes.
El uso indebido de antimicrobianos en el sector ganadero, la acuicultura, los animales de compañía y la producción de cultivos también es una preocupación importante con un riesgo de desarrollo y propagación de microorganismos resistentes a los antimicrobianos.
2. Falta de acceso al agua potable y al saneamiento
La pobreza, la falta de agua potable y el saneamiento deficiente empeoran la resistencia a los antimicrobianos. Las personas que viven en lugares con acceso limitado al agua, el saneamiento y la higiene corren un mayor riesgo de entrar en contacto con agua contaminada que puede transportar una variedad de patógenos, incluidas bacterias resistentes a los antibióticos. Los animales también son más susceptibles a las enfermedades cuando las condiciones de higiene son deficientes.
La resistencia a los antimicrobianos también exacerba las desigualdades dentro de las sociedades. Los grupos vulnerables, como las mujeres, la infancia, los migrantes, los refugiados y los que viven en asentamientos informales, son especialmente vulnerables a las infecciones resistentes a los medicamentos y pueden tener menos acceso a los sistemas de salud. Las aguas residuales no controladas y tratadas agravan el problema.
Limitar la aparición y propagación de la resistencia a los antimicrobianos es fundamental para preservar la capacidad de tratar enfermedades, reducir los riesgos de inocuidad de los alimentos, luchar contra las desigualdades y proteger el medio ambiente.
3. Contaminación de las empresas farmacéuticas y de la agricultura
La contaminación procedente de la fabricación de productos farmacéuticos, la ganadería, la acuicultura, la producción intensiva de cultivos y el sector sanitario son los principales impulsores de la resistencia a los antimicrobianos. Aunque la industria farmacéutica ha ayudado a mejorar la salud pública, los residuos no tratados o tratados de forma inadecuada de las fábricas de fabricación de medicamentos a menudo terminan en el medio ambiente, lo que contribuye a la acumulación de microbios resistentes a los medicamentos. La eliminación inadecuada de medicamentos no utilizados y caducados también fomenta la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
El uso excesivo de medicamentos en la agricultura sigue siendo motivo de preocupación, ya que los agricultores de todo el mundo siguen dependiendo de los antimicrobianos para mantener la salud de los animales y, en algunos casos, promover su crecimiento. Mientras tanto, hasta el 75 por ciento de los antibióticos utilizados en la acuicultura o la acuicultura pueden perderse en el medio ambiente circundante. Los fungicidas, antibióticos y otros productos químicos utilizados en los cultivos generalmente se aplican directamente en el medio ambiente y podrían resultar en concentraciones locales más altas de estos contaminantes con efectos posteriores sobre la resistencia a los antimicrobianos.
4. Movimiento masivo de personas
La rápida globalización ha dado lugar a un número cada vez mayor de personas y bienes que se desplazan a través de las fronteras. Solo en 2019, un récord de 4.500 millones de personas viajaron en avión. El movimiento masivo de personas puede contribuir a la carga de resistencia a los antimicrobianos al permitir que los microorganismos resistentes viajen de un lado del mundo a otro. Las investigaciones han demostrado que las bacterias resistentes a los antimicrobianos transportadas por los seres humanos pueden persistir hasta 12 meses después del viaje, lo que contribuye aún más al riesgo de transmisión de la resistencia a los antimicrobianos.
Para complicar las cosas, según la Agencia de la ONU para los Refugiados, actualmente hay 110 millones de personas desplazadas por la fuerza en todo el mundo. Muchos de ellos carecen de acceso a derechos básicos, como una vivienda adecuada, atención sanitaria, agua y saneamiento, factores que aumentan la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.
5. Cambio climático y pérdida de biodiversidad
La crisis climática está exacerbando la resistencia a los antimicrobianos. Los fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones y el aumento de las temperaturas, contribuyen a la proliferación de microbios en el medio ambiente. Las inundaciones pueden hacer que las aguas residuales y el alcantarillado, llenos de microbios resistentes a los antimicrobianos, desborden las plantas de tratamiento y contaminen las zonas circundantes. La pérdida de biodiversidad agrava la resistencia a los antimicrobianos al disminuir la riqueza de especies vegetales que podrían ser la clave de medicamentos capaces de tratar infecciones ahora resistentes a los fármacos.
Acerca de la Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM
La Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM (WAAW) es una campaña mundial que se celebra anualmente para mejorar la concienciación y la comprensión de la RAM y fomentar las mejores prácticas entre el público, las partes interesadas en el enfoque Una Sola Salud y los responsables políticos, que desempeñan un papel fundamental en la reducción de la aparición y propagación de la RAM. El tema mundial de la 4ª Semana Mundial de la RAM es "Prevenir juntos la resistencia a los antimicrobianos", en consonancia con el objetivo de abordar la resistencia a los antimicrobianos de manera coordinada, multisectorial, multidisciplinaria e inclusiva.
La labor del PNUMA en materia de contaminación y desechos
Para luchar contra los efectos generalizados de la contaminación en la sociedad, el PNUMA puso en marcha #SinContaminación | #BeatPollution, una estrategia para una acción rápida, a gran escala y coordinada contra la contaminación del aire, la tierra y el agua. La estrategia destaca el impacto de la contaminación en el cambio climático, la pérdida de naturaleza y biodiversidad y la salud humana. A través de mensajes basados en la ciencia, la campaña muestra cómo la transición a un planeta libre de contaminación es vital para las generaciones futuras.